En los últimos años se está comprobando cómo la sociedad no se conforma con el status quo que ocupa. Las personas no se limitan a ser ellas mismas, a mantener sus niveles de conocimiento y a repetir un trabajo día a día sin ningún tipo de ambición por el cambio. La formación que se recibió en el colegio, instituto y universidad queda atrás, no siendo el techo que ocupe el afán de descubrimiento y aprendizaje. Ahora nunca es tarde para aprender, formarse y evolucionar en la persona. Por eso, los currículos se actualizan a diario, cuando en el pasado los profesionales que alcanzaban su madurez no volvían a tocarlos hasta que cambiaban de trabajo. Son otros tiempos, tiempos en los que nadie quiere quedarse atrás, ni siquiera las personas famosas.
De la tendencia al crecimiento personal
Los extremos son la mejor manera de entender los conceptos. Por eso es una buena ocasión para entender cómo los famosos saben aplicar el desarrollo personal a su identidad, hablar de la idolatrada Kim Kardashian. Esta celebridad, a la que se odia y ama a partes iguales, no solo es una de las mujeres de mayor fuerza en la industria del entretenimiento, sino que además ha conseguido establecer a su alrededor una gran cantidad de negocios. Y todo teniendo en cuenta que comenzó de una forma pasiva, con cierto vídeo filtrado que impulsó su popularidad entre las celebridades. Pero fue algo que aprovechó para convertirse en una mujer de éxito.
Entre sus primeros negocios destacó la apertura de una tienda a modo de boutique. Una propuesta para protagonizar un programa de televisión le hizo ver que si iba a ser una celebridad con presencia en la pequeña pantalla tenía que ser capaz de ofrecer un buen nivel de interpretación. Aunque no se hable de ello, porque no es lo que da glamour a las celebridades, se sabe que dio clases para actuar mejor, de una manera más natural y con encanto. Esa formación impulsó su presencia y le permitió llegar al cine con varias apariciones en películas. También aumentaron sus apariciones en televisión, pero no en programas donde se interpretaba así misma, sino con la caracterización de distintos personajes. Había recogido los frutos de invertir en una formación que la ayudó a desarrollar su persona de manera que se pudiera convertir en una actriz que diera buenos resultados.
También inició varios negocios, contando para ello con un aprendizaje sobre dirección de empresas y conocimientos de mercado. Desde su aparente posición de celebridad sin conocimiento, una imagen que ayuda a que Kim Kardashian sea idolatrada por el público joven, sorprendió al ser capaz de dirigir negocios de forma exitosa e incluso de lograr cifras de recaudación elevadas en campañas de financiación.
Sin límites
Acumular éxitos y fuentes de ingresos constantes no hizo que Kim Kardashian perdiera fuelle, sino que la impulsó para seguir formándose y desarrollándose de una manera personal. Sabía que podía dar más de sí misma y conseguir todavía metas que se había planteado pero a las que aún no había llegado. Este punto de inflexión la llevó a adoptar conocimientos y práctica en negocios online, e incluso a tantear el sector tecnológico para beneficiarse de ello. Su formación en este campo, así como el lógico fondo económico que la acompañaba fruto de sus éxitos previos, le permitieron triunfar con negocios online. Una web dedicada a los complementos, una página personal con acceso de pago o incluso un videojuego con su nombre e imagen, son algunas de las iniciativas para las que se ha preparado y que le han proporcionado más éxito si cabe.
Aún en 2016, a los 35 años de edad, Kim Kardashian se encuentra aprendiendo más y más de distintas industrias en las que tenga oportunidad de aprovechar su imagen y popularidad. Cada vez que se forma en un nuevo campo, identifica las formas de beneficiarse de ello y de lucrarse. Pero es así, con formación y desarrollando su persona, como está logrando llegar a unas cotas de popularidad que otras celebridades ni siquiera llegan a soñar. Es una demostración que ya sirve de ejemplo a otros famosos y que confirma que la formación no es cuestión de unos pocos, sino que puede impulsar a cualquier persona que tenga ambición, buenas ideas y deseos de llegar más lejos.
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