En el entrenamiento cruzado, la combinación de dos actividades produce una mejora mucho mayor que cualquiera de ellas puede producir por sí sola. La combinación de dieta y ejercicio, por ejemplo, es más efectiva en la pérdida de peso que la dieta o el ejercicio solo.
Desarrollar una competencia de liderazgo no siempre es un esfuerzo lineal. Esto puede ser válido cuando dicha competencia está poco desarrollada, es decir, cuando se trata de superar alguna debilidad, cuando queremos pasar de regular a bueno. Sin embargo, para pasar de bueno a mucho mejor, un líder necesita participar en el equivalente empresarial del entrenamiento cruzado. Quien ya es técnicamente experto, profundizar aún más en, por ejemplo, los procedimientos técnicos no le llevará tan lejos como perfeccionar una habilidad complementaria, como puede ser la comunicación, que hará su competencia más evidente y accesible a sus compañeros de trabajo.
De nuestra investigación sabemos que cada una de las 16 Competencias Diferenciadoras de liderazgo tiene varios comportamientos asociados o compañeros de competencia. Se trata de aquellos comportamientos que tienen una alta correlación con la excelencia del liderazgo cuando se combinan con la competencia diferenciadora (Zenger y Folkman, 2002/2012).
Si un líder con “alta honestidad e integridad” (competencia principal) aprendiese a ser más asertivo (competencia acompañante), podría ser más propenso a hablar y actuar con la valentía de sus convicciones, y por tanto aplicaría su fortaleza de forma más amplia, o con más frecuencia, para convertirse en un líder más efectivo.
Nuestros datos sugieren varias formas en que una competencia acompañante puede reforzar una fortaleza principal de liderazgo. Puede hacer la fortaleza más evidente, como en el caso del líder técnicamente capaz que mejora su habilidad para comunicarse. O bien, las habilidades aprendidas en el desarrollo de la competencia acompañante pueden aplicarse provechosamente a la competencia principal. Por ejemplo, un líder fuerte en innovación puede aprender a propugnar el cambio, lo que alienta a su equipo a lograr resultados de formas nuevas y más creativas.
Igual que la competencia seleccionada para mejorar, la competencia acompañante ha de ser, como que toda buena fortaleza, importante para la organización y la persona debe sentir entusiasmo por desarrollarla.
Grupo P&A
Mariano Operé, director de Estudios