Son numerosos los estudios que relacionan la felicidad en el trabajo con el aumento de la motivación de los trabajadores, la reducción del absentismo y el incremento de la productividad de las empresas, pero ¿cómo podemos conseguirla?
Srikumar Rao, autor de ‘Happiness at Work: Be Resilient, Motivated, and Successful. No Matter What’, considera que cada persona tiene la capacidad de crear su propia experiencia, por lo que aconseja a los profesionales que dejen de sentirse prisioneros de las circunstancias y tomen las riendas de sus decisiones como fórmula para alcanzar la felicidad laboral.
Para ello, el profesor de la Columbia Business School facilita un decálogo que nos permite lograr la plena satisfacción en el trabajo:
- Evitar calificar los hechos como buenos o malos. Las personas adoptamos al día una media de 35.000 decisiones, según la revista Capital City Weekly, y no todas son acertadas. Sin embargo, cuando nos equivocamos o sucede algo negativo en nuestro entorno, el mejor modo de afrontarlo es siendo consciente de la situación sin juzgarnos ni castigarnos por ello. Se trata de mantener un estado de tranquilidad y paz mientras hacemos lo que consideramos oportuno.
- Practicar la resiliencia extrema. Nuestra capacidad para superar las circunstancias adversas y salir reforzados de ellas es uno de los ingredientes para lograr la felicidad en el trabajo. En lugar de desperdiciar el tiempo autorecriminándonos nuestros errores o buscando terceros a los que culpar, ¿por qué no lo empleamos para buscar una solución?
- Superar el rencor. Mantenernos anclados al pasado nos impide afrontar el futuro. De ahí que dejar de lado el resentimiento sobre nosotros o terceros nos ayude a ser más felices en el lugar de trabajo.
- Dejar de lado los celos. La envidia dice mucho de las personas. Concretamente, expresa la incapacidad para lograr lo que otros han conseguido. Pero, ¿y si en vez de anhelar los éxitos ajenos nos centramos en alcanzar nuestras propias metas? El espacio para el desarrollo profesional es ilimitado y hay hueco para que todos y cada uno de los miembros de la plantilla triunfen.
- Buscar la motivación interior. Una de las prácticas que impide la consecución de la felicidad en el trabajo es tratar de encontrar la motivación en causas externas. El salario, los ascensos o las condiciones laborales contribuyen, claro está, pero si realmente queremos estar satisfechos en nuestro puesto debemos buscar en nuestro interior la pasión que nos impulsa a levantarnos cada mañana.
- Ampliar la perspectiva de nuestra trayectoria. ¿Dónde estábamos hace diez años y dónde estaremos en una década? Analizar mentalmente nuestra situación pasada nos permitirá comprobar que los problemas que nos frustraban entonces ya han sido superados y, por lo tanto, afrontaremos con una perspectiva más positiva y relativizada los nuevos retos y desafíos.
- Eliminar la idea de “Si…, entonces…”. Si consigo el puesto, entonces seré feliz; si mi salario aumenta, entonces seré feliz; si consigo el proyecto, entonces seré feliz… Al usar esta fórmula, nuestra satisfacción siempre queda relegada a la consecución de un logro tras otro, impidiéndonos disfrutar de la felicidad cuando, en realidad, ser feliz en el momento es lo que nos ayudará a conseguir los objetivos planteados.
- Focalizar los esfuerzos en el “cómo” en lugar del “qué”. Los resultados de nuestros actos no siempre dependen únicamente de nosotros mismos, sino que existen circunstancias externas que pueden desbaratar nuestros planes, de modo que lo más conveniente es centrar la atención en el proceso, en cómo vamos a conseguirlo, en vez de focalizar el esfuerzo en la meta en sí. Los deportistas de élite, por ejemplo, visualizan cómo van a hacer la carrera o marcar un tanto como medio para hacerlo realidad.
- Pensar en las otras personas. Es necesario desterrar la idea de que el sector empresarial es un mundo de depredadores, y comenzar a crear un ambiente donde las relaciones interpersonales sean más colaborativas.
