Un artículo escrito por Raquel Hevia, directora de innovación y consultora de talento en Grupo P&A.
Que ninguno de ellos encuentra lo que busca si se queda en el modo automático.
En un estudio con más de 100.000 líderes, Zenger Folkman encontró que desarrollar una perspectiva estratégica es la competencia que más diferencia a los directivos senior de la alta dirección: la mayor brecha de las 19 competencias diferenciadoras de su modelo.
El mensaje es claro: si quieres ascender a posiciones de mayor responsabilidad, la visión estratégica es indispensable. Pero tengo buenas noticias: de esas 19 competencias, la perspectiva estratégica es la segunda que más mejora cuando se trabaja de forma intencionada. Entre “nace o se hace”, aquí la respuesta es clara: se hace.
Como coach, confieso que es una de mis competencias favoritas para trabajar, porque suele darse la bonita casualidad de que los líderes que deciden desarrollar su Visión Estratégica están en momentos de cambio o con la mirada puesta en el futuro, lo que requiere desplegar nuevas fortalezas. A esto le llamo “momento Indiana Jones”.
El nombre proviene de una escena de la película “Indiana Jones y la última cruzada”: Indy entra en una biblioteca de Venecia, buscando desesperadamente una “X” que lo condujera al Santo Grial. Después de revisar cada libro, cada vidriera…no la encuentra por ninguna parte, hasta que sube al piso de arriba y se da cuenta de que hay una enorme “X” en el suelo. Al igual que tú y que yo, Indy necesitaba ver la foto completa.

Y hablando de la fotografía…¿Sabías que las variables y las decisiones que toma un fotógrafo para captar una buena imagen se parecen mucho a las que utiliza un líder que destaca en visión estratégica?
- Elegir el objetivo y el zoom: ¿Necesitamos una panorámica (contexto, mercado, rumbo) o un plano detalle (KPI´s, procesos, rendimiento)?
- El encuadre: ¿Qué entra en la foto y qué queda fuera? Si todo entra, nada destaca, y es difícil de analizar. Si falta información, la foto tampoco funciona.
- La profundidad de campo: Decidir qué debe verse nítido y qué puede quedar en segundo plano. Priorizar el enfoque en lo que realmente importa para avanzar y generar impacto.
- La velocidad de exposición: Calcular el tiempo justo para que la imagen tenga claridad sin perder definición: ni parálisis por análisis ni demasiado rápido y todo borroso.
- El ISO: ¿Cuánto “ruido” estamos dispuestos a aceptar para avanzar cuando la luz (información disponible) no es perfecta?
Un fotógrafo experimentado y un líder con visión estratégica tienen algo en común: no disparan en automático, sino que deben activar el “modo manual”.
Como Indiana Jones, nos acercamos al Santo Grial cuando adoptamos un enfoque diferente. Las mejores fotos, y las mejores decisiones, surgen del criterio y la experiencia de quienes aprenden a mirar de forma diferente, a enfocarse en lo que realmente importa, y a aceptar que los resultados, a veces, solo se revelan con el paso del tiempo. Como cuando se revela el carrete.











