¿Escéptico respecto al impacto del coaching personal en el ámbito empresarial? Si eres de los que se muestran incrédulos ante los beneficios de esta metodología, debes saber que esta nueva figura, además de contribuir al desarrollo profesional de cada individuo, repercute directamente en el grado de compromiso y satisfacción de los empleados y mejora los resultados económicos de las organizaciones que apuestan por el coaching personal.
En concreto, el 60% de los trabajadores que acceden a esta modalidad de capacitación muestran un grado de motivación “superior” o “muy superior” y están tres veces más dispuestos a ir más allá en su misión en la empresa, según el estudio ‘Building a Coaching Culture for Increased Employee Engagement’ de Zenger&Folkman. Por su parte, la Federación Internacional de Coaching (ICF) apunta a una duplicación de la efectividad de la plantilla y un aumento del 70% en la productividad como resultado de la relación entre coach y coachee.
Definición de coach personal
Para comenzar a despejar las dudas sobre la importancia de contar con un coach personal, debemos aclarar en qué consiste esta metodología.
Para la ICF, el coaching personal supone “una asociación entre entrenador y cliente en la que se genera un proceso creativo y reflexivo que inspira y motiva al participante a maximizar su potencial personal y profesional”.
Otro concepto es el aportado por Thomas J. Leonard, considerado el padre del coaching moderno: “Un coach personal es tu socio en el logro de objetivos personales. Tu entrenador en herramientas comunicacionales y de vida, que te acompaña en la generación de cambios. Sostén incondicional de éxitos y errores. Guía en desarrollo personal. Co-diseñador en la creación de nuevos proyectos. Aliento en tiempos tormentosos. Es quien te despierta cuando estás dispuesto a escuchar tu propia alarma.”
Por tanto, es hora de que dejemos de relacionar al coach personal con la idea de gurú, psicólogo o asesor. En el coaching, la persona se concibe como un ser completo con un alto potencial por explotar y la labor de los profesionales es aportar las herramientas necesarias para que sea el propio individuo el que empiece a cuestionarse los límites que se ha autoimpuesto y aprenda a sacar lo mejor de sí mismo.
Así, el coach personal cuenta tiene las siguientes responsabilidades:
- Descubrir, aclarar y definir lo que el coachee quiere alcanzar.
- Estimular el auto-descubrimiento del individuo.
- Suscitar soluciones y estrategias generadas por el propio empleado.
- Mantener en la persona una actitud responsable y consecuente.
El coaching personal en la actualidad
La implantación de la cultura del coaching es una tendencia que coge fuerza progresivamente. Así, el 15% de las empresas tienen esta metodología fuertemente arraigada, según el estudio ‘Building a Coaching Culture for Increased Employee Engagement’, elaborado por la Federación Internacional de Coaching en 2015 sobre 300 organizaciones, en el que también se pone de manifiesto un crecimiento del 7% en el uso del coaching empresarial durante el último año.
¿Qué tipo de coach personal prefieren las compañías? En su mayoría (el 84% de las encuestadas) opta por capacitar a un directivo o manager en estas competencias, mientras que el 65% apuesta por externalizar este servicio y el 57%, por incorporar a la plantilla un coach personal.
No obstante, una de cada tres organizaciones empleó en 2015 estas tres modalidades a la vez (un 4% más que en 2014), cifra que asciende a dos de cada tres empresas con una sólida cultura del coaching.
De este modo, el coaching personal representa en la actualidad el 12% de todos los programas de capacitación de los empleados, si bien en las compañías con una firme apuesta por esta metodología el porcentaje se eleva a 21%.
¿En qué ayuda un coach personal?
Cuando se trata de la construcción de nuestra marca personal, un coach personal puede aportarnos numerosos y efectivos instrumentos para dibujar y recorrer nuestro propio camino.
En particular, las sesiones de coaching personal contribuyen a mejorar las siguientes competencias:
- Definir cuáles son nuestras metas. En ocasiones sufrimos confusión respecto a lo que nos demanda la empresa, lo que nos exige nuestro superior y lo que queremos conseguir como trabajadores. El coach personal puede ayudarnos a determinar qué es realmente importante para nosotros y aclarar nuestros objetivos.
- Conocernos mejor. Los entrenadores son capaces de hacernos ver fortalezas y debilidades que no logramos identificar individualmente.
- Desarrollar capacidades y fortalezas. A través del trabajo de autoconocimiento en el que nos acompaña el coach personal, podremos diferenciar qué aspectos debemos potenciar para obtener mejores resultados en el futuro, aumentado la confianza en nosotros mismos.
- Ganar en eficiencia y disfrutar más las cosas. El coaching personal aumenta nuestra responsabilidad y nos mantiene en el camino correcto para ir superando los retos marcados. Solo el mero hecho de tener que “rendir cuentas” en la siguiente sesión nos motivará a alcanzar los objetivos. La satisfacción de cumplir con el deber repercutirá, asimismo, en nuestra felicidad.
- Adquirir habilidades de liderazgo. Tras trabajar con un coach personal, potenciaremos nuestro liderazgo, al poder integrar en nuestro comportamiento las competencias que hemos observado en el entrenador.
- Arriesgar para conseguir los objetivos marcados. El coach personal nos permite identificar los cauces para alcanzar nuestras metas de forma eficiente, lo que conllevará una ventaja competitiva respecto al resto de profesionales.
Esto a nivel individual. En cuanto al impacto que supone el coaching personal para las empresas, además de la repercusión positiva que genera respecto al compromiso, satisfacción y productividad que vimos antes, la ICF destaca las siguientes mejoras:
- Consolida con rapidez y eficacia nuevas promociones o cambios de asignación.
- Potencia la fidelización del talento interno.
- Integra una metodología que multiplica las capacidades de las personas.
- Innova en los procesos o modelos de gestión.
- Potencia los resultados de negocio.
¿Por qué los líderes deben aprender habilidades de coaching personal?
El hecho de no contar con habilidades de coaching no significa que un directivo no pueda ser un gran líder, pero sí que está rechazando unos valiosos recursos a la hora de gestionar equipos.
Hemos visto que la gran mayoría de las organizaciones prefieren que sean los propios managers los encargados de entrenar a sus equipos. Entonces, ¿por qué no intentamos tener acceso a todas las herramientas disponibles?
No se trata de convertirnos en coaches profesionales, sino simplemente comprender que dedicar tiempo a desarrollar esta capacidad de motivar e inspirar a los demás debe ser un “must have” de todo líder, por las siguientes razones:
- Contribuye a la consecución de objetivos. Un manager con conocimientos de coaching va a atraer a los mejores talentos a su entorno, de modo que las metas estratégicas de la compañía serán alcanzadas más fácilmente, al contar con equipos competentes e implicados.
- Ayuda a la optimización de las fortalezas de los individuos. Un gerente entrenado en coaching será capaz de obtener lo mejor de cada empleado y ¿no es esta, al fin y al cabo, una de las funciones de los directivos?
- Mejora la comunicación interpersonal. Una de las peculiaridades de los coaches es su capacidad de escuchar a los demás, por lo que un líder capacitado en esta metodología potenciará que la retroalimentación entre los distintos miembros de la compañía sea más fluida, bidireccional y transparente.
- Propicia la creación de climas laborales positivos. Al mantener una actitud asertiva y empática en sus relaciones con los empleados, el coaching a nivel gerencial promueve interacciones personales más positivas, lo que redunda en el ambiente general de la empresa.
Como explican Jack Zenger y Joseph Folkman, los líderes necesitan conocer las implicaciones que para la empresa conlleva esta técnica de entrenamiento personal: “El esfuerzo, tiempo y dinero invertido en la creación de una cultura de coaching está ampliamente recompensado con resultados de negocio medibles. Cuando se trata de mejorar la productividad, la participación y el desarrollo de los empleados, la retención del talento…, no hay un mejor sistema que incorporar líderes que entrenen y potencien a las personas”.
Este artículo recoge parte de las investigaciones desarrolladas por Jack Zenger y Joseph Folkman.
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