Dar un impulso a la cultura empresarial de cualquier negocio se ha transformado en tiempos recientes en una prioridad en todo tipo de casos. Muy lejos quedaron los días en los que las empresas solo se preocupaban de obtener beneficios. En la actualidad la cultura empresarial lo marca y define todo. Representa el carácter de una empresa, la forma en la que se presenta al mundo, a sus empleados y a sus clientes. Ayuda a crear personalidad en el ambiente de trabajo y a trascender en la historia por algo más que por el éxito. Como es frecuente, esta cultura empresarial se está encontrando con cada vez más tendencias que los negocios pueden tratar de implementar para alcanzar sus mejores resultados. Los límites de la innovación aún no se han establecido y se comprueba a diario que todavía hay mucho trabajo que hacer para llegar a los límites.
Apostando por la felicidad
Una de las tendencias que más se han puesto de moda en los últimos tiempos ha sido el refuerzo de la felicidad de los empleados. Tiempo atrás ningún directivo pensaba en si sus empleados eran felices en el entorno de trabajo. Se limitaban a hacer los pagos de las nóminas y a trabajar, sin más. Hoy día las empresas y sus directivos son más conscientes de que las personas con las que trabajan son individuos que sienten y padecen como ellos. Por eso hay cada vez una mayor preocupación hacia el estado anímico y personal del trabajador. Google ha sido quien ha llevado este concepto a su máxima expresión al hacer de su oficina el lugar más feliz en el que trabajar. Y es por ello que reconocen que basan su cultura empresarial en que sus trabajadores estén felices.
La decisión de Google está asentada sobre la intención de tener la mejor plantilla de trabajadores. Cuando contratan a alguien lo hacen pensando no en sus conocimientos, sino en su inventiva, en su imaginación y en su talento para resolver situaciones inesperadas con respuestas inteligentes. Por ello creen que todo eso hay que defenderlo e incluso mejorarlo e introducir a los trabajadores en un mal ambiente de trabajo lo que produce es un efecto contrario. Debido a eso Google, en su afán por apostar por la felicidad y la productividad, dispone de empleados cuyo trabajo es asegurarse de que los demás miembros de la empresa se encuentran a gusto y felices.
Los datos son valiosos
Siguiendo con el caso de Google, podemos descubrir que sus decisiones, la forma en la que modifica su cultura empresarial, se basa en la lógica de los datos. La empresa no implementa nuevas medidas a la ligera, sino que analiza una situación actual para encontrar una manera de mejorarla de forma natural. Y esto lo aplica a todos los ámbitos donde la cultura empresarial pueda tener lugar. Volviendo al entorno del trabajo, la compañía descubrió tiempo atrás que en la cola del comedor, donde toda la comida es gratis para los empleados de Google, es conveniente que haya un margen de espera de cuatro minutos, ni más ni menos. Nunca más, porque puede ser algo que desespere a los empleados, y nunca menos, porque esos cuatro minutos ayudan a crear sociabilidad entre las personas que se encuentran esperando su comida.
El caso de Google también es aplicable al mundo, adoptando políticas cada vez más ecológicas e incluso dedicando parte de sus beneficios a llevar la tecnología a lugares del mundo en los que la pobreza es el rasgo principal. La compañía ve en pequeños gastos, como tener esos empleados que garantizan la felicidad de sus compañeros, o enviar cargamentos de alimentos a países pobres y establecer escuelas, formas de impulsar su cultura empresarial de manera que otros factores terminarán rindiendo mejor y proporcionando más beneficios.
No hay una ganancia directa sobre sus acciones, pero sí indirecta, y al mismo tiempo no menos importante, se está proporcionando una ayuda y una mejora a grupos de interés que se alegran por ello. La cohesión de la filosofía de Google con el bienestar del mundo está siendo una tendencia que ya imitan muchas otras empresas y que ha demostrado ser eficiente en todos los aspectos. Se busca y se potencia una sociedad más civilizada y consciente, y aunque quizá el modelo sea difícil de implementar en algunos casos determinados, está comprobado que funciona.
