Los directivos y trabajadores son conscientes de la importancia del trabajo en equipo como herramienta para aumentar el desempeño y la productividad de la plantilla. En concreto, según el último estudio Randstad Workmonitor sobre el trabajo en equipo, siete de cada diez encuestados consideran que el trabajo en equipo empresarial mejora el rendimiento de los empleados, aunque el 80% de los profesionales participantes estima que las organizaciones necesitan promover más esta unión de los trabajadores.
“Llegar juntos es el principio. Mantenerse juntos, es el progreso. Trabajar juntos es el éxito” Henry Ford.
Concebido como la organización de dos o más personas para la consecución de un objetivo común a partir de la colaboración de los integrantes del grupo, el trabajo en equipo empresarial es cada vez más valorado por las organizaciones. Muestra de ello, por ejemplo, es el hecho de que los departamentos de Recursos Humanos incluyan este requisito en las ofertas de empleo.
Ahora bien, el trabajo en equipo empresarial no se limita a crear los grupos de profesionales adheridos a un proyecto, sino que para un alto rendimiento entra en juego el liderazgo del directivo, que debe ser capaz de gestionar las habilidades y competencias de cada trabajador y fomentar la cohesión y colaboración de los integrantes en pro del logro de los objetivos marcados.
Para ello, el líder debe tener en cuenta las siguientes características del trabajo en equipo empresarial, lo que se conoce como el esquema de las 5 C:
- Complementariedad: A la hora de organizar un grupo de trabajo, es importante no solo buscar los mejores perfiles, sino que estos se complementen entre sí para que su diversidad de capacidades enriquezca el conjunto. Imaginemos un restaurante en el que el chef incorpore a los mejores cocineros del país, pero no contrate a pinches que ayuden a preparar la materia prima, friegaplatos que pongan orden en el local o camareros que hagan llegar los platos a los comensales.
- Coordinación: Una vez que contamos con los integrantes del grupo, el líder debe distribuir las diferentes tareas y asignar los objetivos individuales que confluirán en la meta común. Siguiendo con el ejemplo del restaurante, el jefe de cocina tendrá que decidir quién se encarga de preparar los ingredientes, quién estará en los fogones, cómo se repartirán las mesas los diferentes camareros…
- Comunicación: Para que todo fluya en la dirección adecuada, no puede faltar un feedback constante entre los profesionales, practicado con empatía y escucha activa, con el que se optimice la colaboración de todos los integrantes del grupo.
- Confianza: Si queremos conseguir un trabajo en equipo empresarial de alto rendimiento, las relaciones entre los profesionales deben estar asentadas sobre la confianza mutua, tanto en nuestra capacidad, como en la de los demás y la viabilidad del proyecto.
- Compromiso: Los mayores logros del trabajo en equipo empresarial provendrán cuando los participantes se impliquen al máximo en el proyecto y den lo mejor de sí mismos para conseguir las metas. Es labor del líder del grupo impulsar este compromiso y sacar de la zona de confort a los trabajadores.