Habitualmente asociamos el liderazgo con personas extrovertidas, con don de gentes y carismáticas. Sin embargo, los empleados introvertidos tienen un gran potencial para convertirse en excelentes líderes.
La causa de esa idea es que la cultura actual está orientada hacia la extroversión, premiando a aquellos individuos que presentan caracteres abiertos, lo que hace pensar que una personalidad introvertida se configura más un problema, que como una oportunidad. ¿Hasta qué punto es cierto este prejuicio?
Un nuevo enfoque de la introversión
Según la Real Academia de la Lengua Española, la introversión es la “condición de la persona que se distingue por su inclinación hacia el mundo interior, por la dificultad para las relaciones sociales y por su carácter reservado”.
Esta definición coincide con la aportada por el médico y psiquiatra Carl Jung en su Teoría de la personalidad, que se refería a las personas introvertidas como aquellas que poseen un “energía psíquica dirigida hacia dentro, replegándose sobre sí mismos, abstrayéndose de los sentidos y enfocándose en su desarrollo personal”.
Sin embargo, como apunta Cristopher Ramírez, en el artículo ¿Quién se Desempeña Mejor en el Trabajo, Introvertidos o Extrovertidos?, las últimas investigaciones científicas han desvelado que los empleados introvertidos no están necesariamente volcados hacia el interior o son personas tímidas y faltas de entusiasmo, sino que la diferencia entre introversión y extraversión está más bien relacionada con las recompensas.
“En el caso de los extrovertidos, esa recompensa es el deseo de recibir atención social, comúnmente vinculada con el dinero, el poder y las alianzas personales”, señala Ramírez. Por su parte, Laurie Helgoe, en Introvert Power: Why your inner life is your hidden strength, explica que los empleados introvertidos obtienen energía y poder a través de la reflexión y la soledad, en lugar de buscar esa motivación en recompensas externas, por lo que –para la autora- “la introversión es una fuente de riqueza”.
De hecho, de acuerdo con la investigación The Difference Between Introverts and Extroverts, llevada a cabo por Debra Johnson y John S. Wiebe, los cerebros de las personas introvertidas se activan a partir de sus pensamientos internos, mientras que los de los sujetos más abiertos responden en mayor medida a las imágenes y sonidos con mayor estimulación sensorial.
Características de los empleados introvertidos
Como consecuencia, los empleados introvertidos poseen un conjunto de habilidades que les convierten en líderes en potencia.
En concreto, según puntualiza Pablo Martín Buitrón, profesor del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE), en el artículo Personas introvertidas, grandes líderes para la empresa, los empleados introvertidos reúnen las siguientes características:
- Mantienen una excelente relación consigo mismo, lo que les permite cultivar, a partir de esta consciencia interior, relaciones estables con el resto de personas.
- Ofrecen soluciones prácticas a los problemas, al tener la capacidad de imaginar nuevas ideas y conceptos.
- Son muy innovadores, gracias al tiempo que dedican a la reflexión.
- Tienen una visión táctica que los lleva a pensar siempre antes de tomar cualquier iniciativa, lo que les lleva a ejecutar planes efectivos y confiables.
- Son enfocados, es decir, evitan la multitarea y dedican toda su atención a analizar un problema en cada momento.
- Poseen una alta capacidad de concentración y, además, son responsables, por lo que no cejarán en su misión hasta que la hayan culminado.
- Trabajan muy bien bajo presión, gracias a su buena gestión emocional.
- Propician los buenos ambientes de trabajo, debido a su carácter apacible y calmado, haciendo sentir seguros a los demás profesionales.
- Pueden llevar a cabo sus funciones tanto de forma individual, como grupal, pues no temen la soledad ni el trabajo en equipo.
- Practican la escucha activa, facilitando la comunicación en la empresa.
Las personas introvertidas y el liderazgo
Gracias a estas competencias, los empleados introvertidos presentan grandes habilidades para el liderazgo. Mahatma Ghandi, Bill Gates o Marc Zuckerberg son claros ejemplos de profesionales introvertidos que se han convertido en grandes líderes.
En este sentido, según el estudio CEO Personality and Firm Policies, de Ian D. Gow, Steven N. Kaplan, David F. Larcker y Anastasia A. Zakolyukina (de las universidades de Chicago, Harvard y Stanford), los directivos introvertidos superaron a sus colegas extrovertidos, consiguiendo, por ejemplo, un 2% de ROI sobre los activos.
De acuerdo con el estudio Energy’s role in the extraversion (dis)advantage, los jefes extrovertidos son un gran estímulo en el caso de equipos de trabajo ya consolidados, pero en el caso de grupos de nueva creación o en los que haya conflictos, estos líderes pueden aumentar las controversias internas, al ser vistos como dominantes, por lo que las personas introvertidas son más eficaces en estos supuestos.
Así, Adam M. Grant, Francesca Gino y David A. Hofmann, autores del trabajo The Hidden Advantages of Quiet Bosses, sostienen que “los líderes introvertidos pueden ser más efectivos, innovadores y creativos y consiguen sacar el máximo provecho de los empleados proactivos en aquellos casos en los que coordinan a profesionales que necesitan ser dirigidos por su superior, pues hacen sentir escuchados y valorados a los empleados.
Ahora bien, este potencial de los empleados introvertidos no es algo inamovible e innato, sino que debe ser desarrollado de forma continua. En el Grupo P&A, como socio de Zenger&Folkman –una de las 20 mejores compañías de formación en liderazgo del mundo-, ponemos a disposición de las empresas el programa The extraordinary leader, con el que los profesionales pueden desarrollar su potencial y convertirse en líderes altamente efectivos.
