“En el futuro, los rápidos devorarán a los lentos”.
— (Tom Peters) —
Se ha escrito mucho acerca de la importancia de la agilidad organizativa. Mc Kinsey and Company han publicado recientemente un artículo, en el que descubrieron que, únicamente, el 22% de las unidades de negocio consiguieron ser consideradas como ágiles. La mayoría de las organizaciones han comprobado los efectos del incremento de la competencia, de la existencia de clientes cada vez más exigentes y de la necesidad de actualizarse tecnológicamente. Todo ello exige una respuesta más ágil, es decir, con mayor velocidad. Admitida esta situación, la pregunta clave de las organizaciones es: ¿pueden las organizaciones ser ágiles, si sus líderes son lentos? La respuesta es no; por tanto, la pieza clave de la agilidad organizativa es ayudar a los líderes a incrementar su velocidad.
Los líderes que pueden moverse rápidamente, no solo ayudan a la organizaciónes a ser más ágiles, sino que también son líderes más efectivos. Los siguientes datos avalan lo expresado anteriormente: 1º Según las evaluaciones FB360º, aquellos que están situados en el cuartil superior de velocidad, a su vez, se encuentran en el percentil 83 de efectividad general. 2º Tienen una mejor Evaluación del Desempeño (el 74% exceden las expectativas del puesto de trabajo). 3º Tienen colaboradores más comprometidos.
Los trabajos de PyA nos confirman lo anteriormente expuesto, los líderes más rápidos ayudan a las organizaciones a tener éxito y, lo más probable, es que ellos también tengan éxito personal. En múltiples ocasiones hemos presentado los anteriores datos a diversos colectivos de líderes. La respuesta más habitual ha sido:” No puedo trabajar más rápido. Ya estoy trabajando 60 horas a la semana; apenas sin descanso; tengo reuniones todo el día y leo los correos en casa”. Importante: No confundir actividad frenética con velocidad.
La actividad frenética, rara vez, ayuda a las organizaciones a moverse más rápido. De hecho, la actividad frenética fomenta el mismo comportamiento en sus colaboradores. Ocupan, llenan su tiempo de actividades, están ocupados al máximo (” la trampa de la actividad” de Odiorne); pero la pregunta crítica es ¿para qué?; ¿qué da sentido a lo que hago?
Lo que los líderes pueden hacer para aumentar su velocidad.
Zenger y Folkman analizaron los datos procedentes de 728.000 evaluaciones, hechas a 52.000 líderes. Compararon los líderes de alta evaluación en velocidad con los de baja evaluación. La diferencia entre ambos colectivos consistió en un conjunto de habilidades que influyen positivamente en la velocidad de los líderes. Efecto semejante al que produce el óxido nitroso en los coches de carreras. La inyección del óxido nitroso en un motor aumenta el oxígeno disponible durante la combustión, lo que le da una mayor potencia. El movimiento del coche sigue estando controlado, pero, ahora, se mueve a mayor velocidad. A continuación, presentamos las ocho habilidades descubiertas en la investigación anteriormente mencionada y, cuyo desarrollo, permitirán a los líderes aumentar su velocidad sin volverse frenéticos.
Impacto de las ocho habilidades en la velocidad de los líderes-
El siguiente paso en la investigación fue comprender el impacto de las 8 habilidades; para ello, seleccionaron 710 líderes que, inicialmente, recibieron una retroalimentación FB360º, procedente de una evaluación realizada por su directivo, sus colegas, colaboradores y otras relaciones (la media de evaluadores era de 14 para cada líder). La muestra seleccionada participó en un programa de Desarrollo de líderes, centrado en las 8 habilidades para el incremento de la velocidad. Pasados entre 18 y 24 meses se volvió a realizar otra evaluación FB360º (post-test). El gráfico nº1 presenta los resultados de dicha investigación. La mejora debida al programa de Desarrollo en Velocidad para Líderes fue de 40 puntos.
Gráfico 1
¿Cuál de las 8 habilidades tuvo el mayor impacto?
Era importante conocer cuál fue el orden de importancia de las 8 habilidades. El gráfico nº 2 muestra la clasificación de las 8 habilidades según su impacto en el desarrollo de la velocidad en los líderes. La primera tiene la mayor diferencia entre los resultados previos y los posteriores al proyecto de Desarrollo, las demás están situadas sucesivamente según dicha diferencia:
Gráfico 2
Este estudio proporciona la evidencia de que, para aumentar la velocidad, es necesario mejorar en las 8 habilidades. En este artículo analizaremos
Las 4 habilidades con mayor efectividad.
1ª Desarrollar una perspectiva estratégica.
Es un hecho comprobado que cuando los empleados no tienen clara la estrategia, ni la dirección, se vuelven cautelosos, provocando una disminución de la velocidad. A veces, existen grupos muy rápidos, que siguen una dirección incorrecta, se tornarán lentos ya que tendrán que dar la vuelta y volver sobre sus pasos. La falta de dirección es la razón nº 1 para tener una velocidad lenta. Si el camino es claro, la velocidad aumenta.
2ª Comunicación.
Una vez diseñada la estrategia, ésta necesita ser comunicada. Es frecuente que los líderes presupongan y asuman que los empleados conocen e, incluso, comprenden la estrategia, ya que se les explicó una vez. Es necesario que la dirección estratégica sea recordada con frecuencia; si no se hace, los empleados, incluso los directivos, olvidan la dirección correcta. Entre más difíciles, complicadas y complejas son las decisiones, la comunicación se vuelve más importante. Los líderes que se comunican de forma efectiva con los demás, se toman tiempo para comprender el problema y procuran llegar a un consenso sobre el camino correcto.
3ª Establecer metas ambiciosas.
Una forma natural de incrementar la velocidad es mediante el establecimiento de metas retadoras. Una vez que los cimientos de la estrategia y de la comunicación son claros y están asumidos, las personas pueden ejecutar. Todos hemos comprobado cómo objetivos ambiciosos repercuten en la velocidad de las actividades. Esta reacción no se produce automáticamente; se necesita ganar el compromiso de los miembros del equipo. ¿Cómo se consigue? Dándoles una visión de los resultados que se conseguirán; del reconocimiento de su esfuerzo y de las recompensas por llevar a cabo tareas difíciles.
4ª Innovación.
Siempre hay una forma mejor, más fácil y más rápida de realizar cualquier trabajo; pero, con demasiada frecuencia, las personas no salen de su zona de confort y siguen utilizando el mismo procedimiento, no porque sea el mejor, sino porque es el más cómodo. Cuando los líderes buscan formas nuevas de hacer un trabajo, lo consiguen más rápido y mejor calidad.
Aplicación.
Para mejorar su velocidad, recomendamos a los líderes que seleccionen dos de las habilidades enumeradas con anterioridad y que mejor se adapten a sus intereses personales y a las necesidades de la organización. Hagan un sencillo Plan. Realicen un seguimiento periódico del mismo y trabajen para mejorar su efectividad en esas áreas seleccionadas.
Síntesis
Nuestro objetivo en este artículo ha sido proporcionar evidencias de que los líderes pueden aumentar la velocidad sin volverse frenéticos. El estudio presentado en este artículo demuestra claramente que, al mejorar las 8 habilidades, la velocidad de los líderes mejoraría. Una vez que se sabe lo que necesitamos cambiar, es más fácil hacerlo.
Post-Scriptum.- Cuando estábamos trabajando en este artículo, se estaba celebrando la III Edición de los Premios El Mundo ZEN. En el discurso inaugural, Joan Roca, del restaurante El Celler de Can ROCA (1º de España y 2º del mundo en las clasificaciones de este año) dijo : La clave del éxito ha sido la máxima:” Si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado”. En una frase se explica que los líderes tienen que incrementar su velocidad, su creatividad, su agilidad, su innovación; pero deben comprometer a su equipo para perdurar a lo largo del tiempo. En ese equilibrio reside el éxito.
