Honestidad, confianza, sostenibilidad, diversidad… son algunos ejemplos de valores corporativos y, aunque puedan considerarse principios abstractos, más dirigidos a conseguir una imagen de marca y fortalecer la reputación organizacional, lo cierto es que los valores en la empresa tienen una extraordinaria aplicación práctica, pues determinan el rumbo a seguir por las compañías.
Como señala Dov Seidman, autor de How: Why How We Do Anything Means Everything, “un puñado de valores compartidos es más útil que un millar de normas”.
¿Qué son los valores empresariales?
Cuando hablamos de valores en la empresa nos referimos a “aquéllas concepciones compartidas de lo que es importante y, por lo tanto, deseable, que, al ser aceptadas por los miembros de una organización, influyen en su comportamiento y orientan sus decisiones”, según la definición recogida por Horacio Andrade en La definición de los valores organizacionales.
“Son las creencias y conceptos básicos de una organización y como tales, forman la médula de la cultura corporativa”, sostienen Terrence Deal y Allan Kennedy en Corporate Cultures: The Rites and Rituals of Corporate Life, mientras que Cinthya D. Scott, en su libro Visión, valores y misión organizacionales, concibe los valores en la empresa como “un estándar de principio o calidad de principio considerado valioso y deseable”.
Por tanto, los valores en la empresa no son meras declaraciones decorativas; al contrario, se constituyen en la base del negocio, dando forma y esencia a la identidad de la corporación, sirviendo de guía para el funcionamiento de la compañía. De hecho, como ponen de manifiesto Raj Sisodia, David Wolfe y Jagdish N. Sheth en el libro Firms of Endearment, son precisamente estos valores corporativos los que “convierten a una empresa entrañable en una compañía duradera”.
¿Qué beneficios conlleva contar con valores en la empresa?
El diseño y seguimiento de los valores en la empresa tiene una serie de implicaciones prácticas,comprobadas por numerosas investigaciones llevadas a cabo en esta materia. ¿Qué beneficios aportan una gestión basada en valores organizacionales?
- Potencian el compromiso laboral. Cuando la empresa actúa respetando unos valores compartidos, los profesionales desarrollan un mayor orgullo de pertenecer a dicha organización y se sienten más implicados y comprometidos con la compañía. En este sentido, según el estudio ‘Recognition Linked to Core Values Delivers Increased ROI’ de GloboForce, casi el 80% de los trabajadores admite que los valores en la empresa refuerzan su vínculo con los objetivos de la entidad.
- Atraen y retienen el talento. Del mismo modo, incorporar los valores en la empresa contribuye a mejorar el employer branding de la organización, disparando la atracción y retención de profesionales. Tanto es así, que el 88% de los empleados que conocen cuál es la visión de sus compañías se sienten satisfechos con su actual situación laboral. En cambio, sólamente el 54% de los empleados que no saben identificar estos principios básicos, manifiestan su intención de permanencia en la empresa.
- Fidelizan a los stakeholders. Una empresa que respeta y ensalza sus valores logra una mayor fidelidad por parte de todos los grupos de interés, desde los propios empleados, hasta los proveedores o inversores, sin olvidar a los clientes. Así, por ejemplo, el 64% de los consumidores sostiene que tiene en cuenta los valores de las compañías para comprar en ellas, según el informe Brands Take a Stand 2018 de Edelman.
- Facilitan la consecución de objetivos. Al actuar como brújulas corporativas, los valores en la empresa ayudan a que las metas marcadas se conviertan en una realidad. En este sentido, según el XII Barómetro de Valores y Ética Empresarial de la Fundación Generación Empresarial, el 70% de los trabajadores cree que los valores son fundamentales para el fortalecimiento de la marca. “Numerosos expertos afirman que la dirección por valores es una herramienta de liderazgo estratégico, que permite acortar las distancias entre las compañías y sus objetivos”, afirma Randstad en el artículo Retos de la gestión por valores.
- Mejoran el rendimiento económico. Esta mayor eficacia a la hora de cumplir objetivos, unido al compromiso de los stakeholders, se traduce en un aumento del rendimiento económico de las compañías. Por ello, “muchos negocios reconocen las ventajas de incorporar un código ético a su cultura, no por razonas altruistas, sino porque saben que es esencial para lograr una prosperidad sostenible”, argumenta Schwerin en su artículo What’s Wrong With The World And How To Fix It.
¿Cómo definir los valores en la empresa?
Ahora bien, para lograr este impacto positivo en la organización, los directivos deben saber cómo diseñar sus propios valores y, por supuesto, ser coherentes con ellos, extenderlos a la cultura organizacional, aplicarlos en la toma de decisiones e incluirlos en los procesos de selección.
No se trata de recopilar una serie de adjetivos o verbos porque quedan bien, sino que estos principios deben realmente reflejar la esencia, el ADN de la compañía. Por ejemplo, una compañía no puede estar hablando de equidad como valor empresarial y después favorecer la diferencia salarial por razón de género.
En este sentido, Randstad Valores, en el artículo Cómo definir los valores de tu empresa, recoge una serie de características que deben reunir estos principios:
- Definibles.
- Significativos estratégicamente.
- Escogidos participativamente y significativos para los trabajadores.
- Bien comunicados.
- Percibidos como algo por lo que merece la pena comprometerse.
- Coherentes.
- Periódicamente cuestionados y reformulados.
- Evaluados y medibles
En definitiva, se trata de resumir en una serie de valores bien definidos quiénes somos como organización. Para ello, en el Grupo P&A ofrecemos una jornada, titulada Nuevos valores, nuevos liderazgos: esfuerzo, compromiso y ética, en las que trasladamos a los directivos la importancia de los valores en la empresa.
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