Por qué honrar los compromisos es un factor decisivo para el éxito del liderazgo
Vivimos en una época en la que la gente está cansada de promesas vacías. Empleados, socios y partes interesadas buscan señales de en quién pueden confiar y en quién no. En ese contexto, destaca una cualidad del liderazgo: cumplir con la palabra dada.
Lo has visto. Un líder hace una promesa audaz en una reunión, envía un correo electrónico con una visión clara o asiente para aceptar una tarea. Pero luego, nada. Los plazos se incumplen, las prioridades cambian y la confianza empieza a resquebrajarse silenciosamente.
Por otro lado, cuando un líder cumple con sus promesas de forma consistente, sobre todo cuando es difícil, gana más que una simple reputación. Desarrolla autoridad moral. Gana influencia real. La gente empieza a creer: si lo dicen, sucederá.
En Zenger Folkman, se propusieron medir la importancia de esto, no solo anecdóticamente, sino también estadísticamente. Su investigación, basada en 1,8 millones de evaluaciones de más de 162.000 líderes, confirma lo que muchos ya sospechaban: los líderes que incumplen sus compromisos causan un daño real, no solo a su reputación, sino también a su eficacia.
Los datos detrás de las promesas
Cada uno de estos líderes fue evaluado por un promedio de 13 personas (jefes, compañeros y subordinados directos) en 60 comportamientos de liderazgo. Uno de ellos “cumple sus compromisos y promesas”.
Esto es lo que encontraron:
- Los líderes calificados como necesitados de mejoras en el cumplimiento de los compromisos se ubicaron en el percentil 13 en cuanto a efectividad general del liderazgo.
- Una calificación de “competente” los elevó al percentil 23.
- “Fuerza” duplicó eso al percentil 46.
- Pero solo los líderes calificados como poseedores de una “profunda fortaleza” para cumplir sus compromisos, alcanzaron el percentil 74.
La diferencia entre ser confiable y ser tolerado como líder puede reducirse si la gente cree que harás lo que dices.
Por qué importa más que nunca
No se trata solo de tu marca personal como líder, sino de los resultados empresariales. Los datos de Zenger Folkman también incluyen las puntuaciones de interacción de 572,977 subordinados directos que respondieron preguntas sobre:
- Su satisfacción con su trabajo y la organización
- Voluntad de recomendar la organización
- Probabilidad de permanecer
- Esfuerzo discrecional
Los resultados fueron sorprendentes: cuando los líderes recibieron una alta calificación por cumplir sus compromisos, el compromiso de los empleados se disparó. ¿Y cuándo no? El compromiso se desplomó.
En una época en la que las organizaciones luchan por retener el talento, impulsar la responsabilidad y afrontar el cambio constante, la capacidad de seguimiento puede ser el superpoder más olvidado que puede tener un líder.
El camino a seguir: comprometerse menos. Entregar más.
Cumplir compromisos no significa decir que sí a todo. Significa decir que sí con intención y perseverar como si tu credibilidad dependiera de ello (porque así es).
A continuación se presentan cinco formas en las que los líderes pueden fortalecer su capacidad para mantener el compromiso:
1- Haz una pausa antes de prometer
En lugar de decir “claro” de forma inmediata, tómate un momento. Pregúntate: ¿Tengo la capacidad, los recursos y la autoridad para cumplir? Si no, di que no o establece límites más claros desde el principio.
2- Realiza un seguimiento de lo que dices que harás
Usa herramientas, recordatorios o incluso un cuaderno sencillo para registrar cada compromiso, grande o pequeño. Esto no es microgestión; es higiene de liderazgo. Lo que se registra, se hace.
3- Comunicarse con anticipación cuando las cosas cambian
La vida es un caos. Las prioridades cambian. Pero el silencio destruye la confianza. Si un compromiso está en riesgo, notifícalo a la gente de inmediato. Reajusta las expectativas, ofrece una alternativa y se responsable con el resultado.
4- No prometas demasiado para complacer
A muchos líderes les cuesta decir que no porque quieren que se les considere útiles, solidarios o capaces. Pero prometer demasiado constantemente y no cumplir erosiona precisamente esa percepción.
5- Cerrar el círculo
Muchos líderes olvidan retomar el control. Una vez cumplido un compromiso, confirma que se ha hecho. Dilo en voz alta. Asúmelo. Esto refuerza tu fiabilidad y confianza.
La decisión que todo líder enfrenta es simple pero profunda: ser alguien cuya palabra lo es todo. O arriesgarse a ser alguien cuyas promesas no significan nada.
Porque en el liderazgo, no hay límites en cuanto al compromiso. La gente lo nota. Y lo recuerda.
Este artículo escrito por Joe Folkman fue originalmente publicado en Zenger Folkman.