Aprende a dominar el liderazgo democrático

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El liderazgo democrático es una de las principales técnicas utilizadas en las empresas de la actualidad. Se trata de líderes que apuestan por ser participativos, por escuchar a sus empleados y por intentar siempre rodearse de un equipo que se encuentre satisfecho y motivado. Tener a todos los miembros de un equipo en el mismo nivel de participación, confiando en ellos y contando con su opinión de una forma sincera, son claves que hacen de este tipo de liderazgo uno de los más recurrentes en todo tipo de empresas. ¿Pero cómo es posible dominarlo? ¿Cómo puedo llegar a ser un gran líder democrático en la empresa para beneficiarme de este tipo de gestión de equipos? A continuación os proporcionamos los aspectos fundamentales.

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Fomenta la colaboración y el trabajo en equipo

Todo el mundo debe tener una responsabilidad, sentirse útil y encajar en un plano general en el cual todas las personas puedan colaborar y ayudarse entre sí. Crear ese sentimiento de unión y de ayuda mutua provocará que cada uno de los empleados tenga el interés y el objetivo de alcanzar sus máximos niveles de rendimiento. Esto también derivará en que los trabajadores serán más participativos y aportarán más de sus propias ideas, lo que en ocasiones podría resultar altamente positivo para el desarrollo del trabajo en la empresa. Supervisar este tipo de entorno de trabajo tiene una gran satisfacción para el líder por ver que el nivel de armonía siempre es alto y que todo el mundo se encuentra orgulloso de su trabajo.

Crea confianza

La posición del líder suele ser mirada desde la lejanía por muchos de los trabajadores, algo que no ocurre cuando se aplica un liderazgo democrático. Este tipo de líder sabrá que está haciendo un buen trabajo, cuando su equipo no tenga miedo en relacionarse con él, hacerle propuestas o incluso, llegado el caso, plantear dudas sobre algunas decisiones que se hayan podido tomar de manera equivocada. La comunicación con el líder debe ser activa y este tiene que responder de la misma forma, demostrando que está implicado con las preocupaciones de sus empleados y que puede tomar decisiones en relación a ello. De esta manera el equipo tendrá más confianza en el líder y sabrá que podrá contar con él en cualquier situación, incluso en los momentos de mayor crisis.

Conoce a tus empleados

El líder democrático debe ser capaz de analizar a cada uno de los miembros de su equipo y con base en ello conocer las fortalezas y debilidades de estas personas. Una vez aquí es posible tomar decisiones que favorezcan que estos empleados alcancen mayores niveles de productividad y que así beneficien a la empresa. Al mismo tiempo, este factor debe ser tenido en cuenta como punto de apoyo para que el líder delegue tareas. Delegar tareas no supone para los empleados el tener que aumentar su carga de trabajo, sino el recibir una dosis de confianza por parte del líder que les ayudará a realizar un mejor trabajo. Por eso nunca hay que olvidar la importancia de delegar.

Comunícate con flexibilidad

Para que el día a día en el entorno de una empresa fluya de forma adecuada entre todos los trabajadores, siempre hay que asegurarse de que la comunicación ha alcanzado unos niveles de madurez altos. Tanto en lo que se refiere al contacto del líder con los empleados, como a la forma en la que estos se relacionan entre sí. Los niveles de jerarquía es importante que queden un poco ocultos en este sentido, para que desde el respeto y la confianza los distintos empleados de una empresa se puedan comunicar de una manera más natural. Si la comunicación es correcta todo funcionará con mejores resultados y el líder transmitirá más confianza a quienes le rodeen. A medida que mejore la forma de comunicarse también lo hará la manera en la que la visión del líder llegará a los demás miembros que estén dentro de su equipo.

Y ante todo, no te detengas

Con el liderazgo democrático siempre hay que estar al pie del cañón en compañía de los empleados, puesto que el volumen de confianza que estos desarrollarán por su líder será tan alto que podrán requerir de sus habilidades en cualquier momento. La presencia del líder se convierte en un motor que les une a todos y que transmite un sentimiento positivo y agradable en el entorno del trabajo. Es quien escucha, quien crea canales de comunicación y quien demuestra que la empresa en la que trabajan todos no es un simple organismo sin personalidad, sino que se trata de un entorno vivo en el cual todos son importantes para que siga existiendo de la misma manera. Por eso el líder democrático es tan fundamental, una pieza imprescindible que depende de las demás, pero de la cual también dependen quienes están a su alrededor.

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