Preparar una oposición es una carrera de largo plazo, que puede llegar a necesitar años de preparación y dedicación. Pero ¿cómo podemos estar seguros de que hemos tomado la decisión correcta y cómo podemos mantener la motivación alta hasta conseguir nuestro objetivo?
En este sentido, los estudios neurocientíficos han conseguido desvelar cómo funciona el cerebro durante la toma de decisiones y a lo largo del proceso de aprendizaje, aportándonos algunas claves para mantener activa la motivación en oposiciones.
Del por qué al para qué
El esfuerzo que supone concurrir a una oposición es tremendo. Intensas jornadas de estudio, día tras día durante meses y años, que pueden provocar que el estudiante se replantee su futuro en numerosas ocasiones, viéndose inclinado, incluso, a abandonar esta opción.
La clave para saber si realmente hemos hecho la elección correcta es reformular la pregunta que nos lleva a ser opositores: del por qué estudiamos al para qué lo hacemos.
En el primer caso, es nuestra parte racional la que habla. Estudiamos porque valoramos los pros y contras de opositar: conseguir un puesto fijo con un salario adecuado o beneficiarse de un horario que posibilita la conciliación y de unas buenas condiciones laborales, frente al reducido número de plazas, la gran dedicación requerida o la incertidumbre en cuanto a la fecha de examen.
Sin embargo, la Neurociencia nos recuerda que en el proceso de toma de decisiones las emociones tienen mucho que decir, entrando en juego el para qué estudias. Se trata de encontrar, a nivel emocional, la motivación intrínseca que nos lleva a opositar, esa por la que vale la pena el esfuerzo, ya sea salvar vidas, defender la justicia o enseñar.
Manteniendo la motivación en oposiciones
Ahora bien, aún cuando tenemos clara la razón que nos guía durante el proceso de preparación, es habitual que los opositores sufran fases de apatía y desmotivación.
Afortunadamente, los escáneres del cerebro han determinado qué ocurre en la mente durante el aprendizaje y la relación de las emociones con la motivación en oposiciones, aportando luz en las técnicas de estudio:
- Las experiencias pasadas del estudiante son determinantes durante la adquisición de conocimientos. Así, si el opositor nunca ha obtenidos buenas notas en una materia, la parte del temario relacionada con esta temática le resultará más difícil de aprender. Del mismo modo, si ya ha fracaso en alguna ocasión el examen de oposiciones, le costará más esfuerzo retomar los estudios. Por eso, es importante ser consciente de este fenómeno para sobreponernos a nuestra memoria, sin quedar influenciados por acontecimientos negativos pasados.
- Nuestro cerebro anhela la novedad, está ávido de nuevas experiencias como parte del instinto de supervivencia, un dinamismo que no está muy presente en la preparación de oposiciones. Sin embargo, para incentivar nuestra motivación con nuevas variaciones es importante que empleemos diversas técnicas de estudio que aporten originalidad al proceso. Usar presentaciones, grabaciones de audio de los temas, vídeos o infografías pueden contribuir a la estimulación cerebral y a mejorar la motivación.
- No debemos olvidar la relevancia de la comprensión en el aprendizaje. Solo aquello que consigamos entender quedará retenido en la memoria a largo plazo, así que antes de memorizar contenidos como papagayos, debemos empezar por asimilar su significado.
- Según Hermann Ebbinghaus, tras el transcurso de una hora, el opositor olvida la mitad de lo estudiado y pierde el 80% de lo aprendido en el plazo de mes. Aunque puede ser frustrante, el antídoto se halla en la repetición como hábito de estudio: debemos planificar tiempos de repaso cada día para que aquellos temas que ya teníamos aprendidos no se pierdan. Tan importante es refrescar nuestros conocimientos como seguir adquiriendo nuevos. ¿De qué nos sirve llegar al tema 100 si, cuando lo conseguimos, hemos olvidado los 50 primeros?