Dentro de las técnicas que tienen los líderes de las empresas en cuanto a fomentar el desarrollo de sus empleados y la consecución de objetivos aparece la motivación extrínseca. Se trata de una de las ideas más eficientes, pero también una de las más delicadas. En muchos casos, los responsables de empresas prefieren no depender de este tipo de motivación externa, puesto que puede llevar, si no está bien gestionada, a que los equipos de trabajo se descuelguen de sus objetivos auténticos. Es importante recordar que no se debe abusar de ella, pero también hay que tener en cuenta que en ocasiones este tipo de motivación es lo único que puede ayudar a salir adelante en una situación compleja. A continuación tendremos en cuenta una serie de consejos para que aplicar esta técnica de motivación no se termine convirtiendo en una misión imposible.
Equilibrio y sostenibilidad
Uno de los problemas de afrontar un tipo de enfoque extrínseco se encuentra en que el equipo de una empresa acabe dependiendo demasiado de él para trabajar. No se puede delimitar el trabajo y progreso de los empleados en base a que se les proporcione un buen surtido de aspectos de motivación basándonos en este concepto. El problema de que ocurra esto, es que estas personas se acostumbrarán y nunca sabrán retomar una política de conducta más estable, alejada de los beneficios extrínsecos que les producirá este tipo de motivación. Por lo tanto, hay que saber en qué momento establecer esta idea y hasta qué punto llevarla a cabo, para que los límites eviten situaciones complejas.
Esta forma de motivar se establece alrededor de crear un tipo de incentivo externo que justifique al empleado el esfuerzo que está realizando o la implicación con la que se está involucrando en un trabajo. Es un tipo de técnica que no solo tiene lugar en la empresa, sino que en otros aspectos de la vida también se extiende. Por ejemplo, los padres la usan con sus hijos al prometerles un regalo si consiguen acabar un curso con notas de sobresaliente. El concepto es aplicable también en la empresa, donde se les garantizará a los empleados por ejemplo, que podrán beneficiarse de una serie de primas si consiguen alcanzar unos objetivos determinados. La forma en la que esto se refleja es variada. En algunas empresas optan por regalos económicos, en otras por premios materiales y también se pueden garantizar aumentos en el puesto de trabajo o periodos de descanso adicionales.
Diferentes tipos de agentes motivadores
Es conveniente recordar que este tipo de motivación es muy variable dependiendo de cada una de las personas. Esto complica la toma de decisiones en la empresa, ya que no siempre es posible definir un medio de motivación general al no tener los mismos efectos en todos los empleados. Por eso es conveniente conocer a la plantilla y ver qué es lo que puede llevarles a sentirse motivados en cada uno de los casos. En general, se ha demostrado que este tipo de motivación externa funciona en aquellos casos en los que los trabajadores tienen un objetivo claro. Y ese objetivo debe ser algo que no tengan ya, algo que deseen, pero que al mismo tiempo noten que lo pueden conseguir. Si la consecución del objetivo se escapa de los límites de lo comprensible será muy complicado llegar a establecer el suficiente nivel de motivación para aprovechar los mejores resultados.
Otro problema que nos encontraremos será la importancia de buscar una manera de jugar con la necesidad de mantener el interés y el nivel de desafío tras el momento de la consecución del objetivo. Es común que muchos empleados bajen el ritmo una vez han conseguido la meta establecida, dado que esto les ha dejado satisfechos y ya han conseguido aquello que les motivaba. Pero en lo que consiste este tipo de motivación, no es en tener una empresa que funcione mediante ráfagas, sino de conseguir revitalizar el rendimiento para que después tenga una faceta más estable. Por ello, hay que revisar muy bien los objetivos y el planteamiento de cada uno de los niveles de motivación.
Y también hay que recordar que los factores externos también pueden ser excelentes motivadores en cuanto a los tipos de recompensa, así como aquellos que están dirigidos a algo que no sea material, sino personal. En muchos casos funciona mejor proporcionar una enhorabuena y un aplauso que una recompensa económica. Por eso este tipo de motivación es tan particular y al mismo tiempo compleja.
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