En el día a día del trabajo no importa cuánta experiencia tengamos: siempre existe margen de error. No hay nadie que alcance la perfección, al menos no de manera permanente. Si hemos sido los empleados más precisos durante seis meses es posible que al séptimo cometamos nuestro primer error. En realidad, no hay muchos problemas en cometer errores siempre y cuando, eso sí, sepamos aprender de ellos. Porque es ahí donde radica el secreto: en ser capaces de aprender de lo que hemos hecho mal o de lo que haya ocurrido para que no se vuelva a repetir. Con esa intención hoy vamos a comentar las distintas acciones que deberíamos realizar después de cometer un error a fin de garantizar que todo irá como la seda.
Aprender y seguir adelante
Lo primero que hay que hacer es asumir que hemos cometido un error. Nunca pensemos que el error ha sido de otra persona o lancemos balones fuera. Si nosotros hemos sido los responsables asumámoslo e intentemos salir adelante con la cabeza bien alta. Es bueno que tengamos en mente que un error no tiene porqué ser una catástrofe, sino que puede considerarse como un nuevo punto de partida para seguir trabajando duro fijándonos mucho más en todo lo que hacemos.
Las personas que actúan de manera pasiva cuando han cometido un error o incluso las que se quedan tan decepcionadas que pierden la fuerza de voluntad, no podrán llegar lejos. En lugar de eso lo que se recomienda es encarar el mundo de una manera proactiva. O dicho de otra manera, que afrontemos el futuro con valentía y fuerza. No podemos quedarnos parados simplemente viendo cómo todo se mueve a nuestro alrededor, puesto que lo que debemos hacer es colocarnos frente al toro y decirle que de ahí no nos vamos a mover. Nadie más hará lo que nosotros tenemos que hacer por muy doloroso que resulte.
Si ya has asumido tu culpa y te has decidido a que todo vuelva a la normalidad con efectividad, ahora será el turno de ponerte manos a la obra para corregir el fallo de lo que haya ocurrido. No hay que hacer las cosas rápidamente y mal, pero sí invertir todos los recursos que podamos en arreglar el error con inmediatez.
Alcanza un nivel más alto
Un error ayuda a ser mejor, porque proporciona cierta carga de experiencia que en otros casos posiblemente no habría resonado con tanta fuerza. Pero para el profesional el primer error es un serio toque de atención que le ayudará a, en el futuro, estar más alerta. Por eso te pedimos que seas consciente de la exigencia de tu puesto laboral y de la importancia de comprobar todo dos y tres veces, o las que sean necesarias, para tener seguridad de que no habrá similares en el futuro. Y en el caso de que se produzca otro error la buena noticia es que el profesional ya estará totalmente en disposición para adaptar lo que estuviera haciendo con el objetivo de resolver el problema cuanto antes. Como decíamos en un párrafo anterior, cualquier tipo de experiencia al que saque partido el profesional le será capaz de aportar un alto volumen de crecimiento personal.
También es muy importante aprender a superar los errores por el simple hecho de que de otra manera podrían afectar en exceso al profesional y provocar que se reduzca su nivel de rendimiento. Cuando ocurre un error se supera y después de superarlo se tiene que olvidar. De no hacerlo será un pequeño trauma persistente en la psique de los empleados, quienes tendrán que lidiar con el mismo de forma que posiblemente acabe incidiendo en su rendimiento. Por eso el problema hay que superarlo en el menor tiempo posible y, como mucho, dejar que sirva de inspiración y ejemplo para otras personas que pudieran cometer el mismo tipo de fallo.
En el caso de que el error haya sido mucho más drástico y que la situación del empleado haya cambiado de forma significativa a peor, tendrá que pensar en apoyarse en un soporte añadido que pueda acompañarle en la fase de recuperación. Algunas empresas tienen equipos de reconducción y de apoyo en los que es posible encontrar la ayuda necesaria para superar el problema.
