Las empresas están formadas por personas, individuos muy distintos en todos los aspectos, que tienen que convivir un gran número de horas al día. Cada empleado es un mundo, tiene una visión distinta de las cosas, maneras de trabajar diferentes, escala de valores personal, grado y área de formación distinta, situaciones personales únicas, etc. Por todas estas diferencias y por el gran número de horas de convivencia en la empresa, a lo que a veces se suma el estrés, es normal que surjan roces y conflictos.
Por tanto, no va a haber empresa que se libre de los conflictos laborales, así que la gestión de conflictos debe de ser contemplada en toda gestión empresarial. Si no se detectan y gestionan bien este tipo de situaciones, se corre el riesgo de que el clima laboral se vaya deteriorando, al igual que la productividad de los trabajadores implicados en el conflicto.
Un buen líder deberá de ser capaz de gestionar con éxito, los conflictos que surjan en su equipo. Ha de tener la capacidad de imponer su juicio, pero de una manera conciliadora y no demasiado formal. Veamos algunos consejos sobre cómo enfrentarse a los conflictos dentro de la empresa.
Claves para resolver conflictos laborales
- Detección del conflicto: a veces son los propios implicados los que informan del conflicto, y otras es el responsable de los trabajadores el que lo detecta.
- Rápida actuación: cuanto antes se comience a trabajar en resolver el problema, antes comenzará a disminuir el malestar de las personas afectadas por el mismo.
- Escuchar a todas las partes involucradas: toda historia tiene distintas versiones según quien la cuente, por ello se debe escuchar de manera imparcial a cada parte, para poder tener una visión más objetiva del conflicto.
- Análisis del conflicto: hay que buscar la naturaleza del mismo, a quienes implica, si es un origen personal o profesional.
- Mantener la calma: la gestión de conflictos es una de las disciplinas más difíciles de abordar dentro de la gestión empresarial de toda organización, ya que en ella habitualmente se involucran los sentimientos y emociones de las personas, dando lugar a situaciones complicadas.
- Plan de resolución del conflicto: una vez ya se sabe quienes son los implicados y cuál es la raíz del conflicto, y se dispone de toda la información necesaria, hay que diseñar un plan sobre cómo resolver el conflicto, para luego poder explicárselo a los empleados. Hay que dejar claro cuál va a ser la solución.
- Reunión con los implicados: es hora de intervenir en el asunto, y mediar con los trabajadores, para solucionar el conflicto. La reunión se hará de manera privada, nunca en público. Se explicará a las personas protagonistas del conflicto, lo que está suponiendo este problema a la empresa (mal clima laboral, disminución del desempeño de los implicados, malestar de los compañeros, ralentización en la consecución de los objetivos de la empresa, etc.) El líder en todo momento tiene que actuar con mucho tacto, diplomacia y mostrarse optimista en cuanto a la resolución del conflicto.
- Objetivo común: hay que hacer ver a los empleados, que el objetivo de todos es el mismo, y que hay que ser profesionales dejando a un lado las desavenencias personales que no hacen otra cosa que perjudicar al grupo. No se trata de llevarse bien, sino de respetarse y trabajar para lograr el mismo objetivo.
- Negociación y acuerdos: tras la negociación para llegar a la solución deseada, se recomienda que los acuerdos alcanzados se pongan por escrito, de manera que sea un compromiso claro para los implicados en el conflicto, y que no puedan cuestionarlos en un futuro.
- Seguimiento: tras un tiempo no hay que dar por resuelto y olvidado el conflicto, hay que revisar si se están cumpliendo los acuerdos que se pactaron en su momento, y si la situación ha mejorado. En caso contrario habrá que buscar otro tipo de solución.
¿En tu gestión empresarial has tenido que enfrentarte a la resolución de conflictos laborales? ¡Nos gustaría conocer tu experiencia!
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