¿Cómo ser un líder extraordinario? Muchos nos hemos hecho esa pregunta y otros tantos han tratado de buscar respuesta a dicha cuestión desarrollando diversas teorías. Uno de los enfoques más aplaudidos y reputados de los últimos años es el desarrollado por Jack Zenger, especialista en Recursos Humanos, y Joe Folkman, psicometrista.
Bajo el título “El líder extraordinario: transformando buenos directivos en líderes extraordinarios”, estos dos expertos realizan un compendio de las 16 características fundamentales en el liderazgo, adaptando las habilidades requeridas a las empresas del siglo XXI, caracterizadas por el cambio constante y la competitividad.
En esta obra, Zenger&Folkman, una de las 20 mejores compañías de formación en liderazgo del mundo según Training Industry 2010 y 2011, explican un modelo de líder extraordinario basado en la conjunción de una serie de competencias imprescindibles para el desarrollo profesional, divididas en cinco áreas diferentes.
Una empresa o equipo que cuente con un líder de estas características, aumentará su productividad y beneficios, gozará de un ambiente de trabajo positivo, mejorará la satisfacción del cliente e, incluso, según sostiene el estudio de Zenger&Folkman, reducirá la rotación de personal y absentismo laboral.
Para hacerlo más visual, los autores usan el símil de una carpa o una tienda en la que se cobijan las 16 características que te convertirán en un líder extraordinario, donde cada área representa un pilar de la construcción. Es decir, podemos contar con las habilidades de solo algunos de los sectores, pero la lona de la tienda tenderá a caer. Para lograr la excelencia, y contar con una carpa sólida y acogedora en la que cualquier persona quiera resguardarse, debemos izar todos los postes.
El carácter
Si te preguntas dónde descansan los cimientos de un líder extraordinario, no mires hacia fuera, sino en tu interior, porque para Zenger&Folkman, la característica ‘sine qua non’ de un auténtico líder radica en su integridad y honestidad.
Según los especialistas en Recursos Humanos, estas dos facultades permiten que el jefe consiga el respeto de sus compañeros, convirtiéndose en el espejo donde se miran sus empleados y el guía que marca el camino a seguir. Lograr la obediencia desde nuestro puesto de superioridad jerárquica es sencillo, sólo nos basta ordenar, pero si queremos pasar de directivos mediocres a líderes extraordinarios tendremos que ganarnos al grupo y, eso sólo lo alcanzaremos a través de un comportamiento ejemplar, honesto e íntegro que se contagie en todo el equipo.
Capacidades personales
No sólo de honestidad e integridad vive el líder. Por eso, otra de las áreas que destacan Zenger&Folkman en su estudio se refiere a las capacidades o competencias personales como características intrínsecas del liderazgo:
- Competencia técnica, entendida como la experiencia profesional, conocimiento y control de las funciones y objetivos del equipo que nos permita orientar y asesorar a nuestros trabajadores y trasladar al grupo seguridad y credibilidad en el desempeño de nuestro cargo.
- Capacidad para gestionar problemas, lo que nos permitirá detectar los conflictos de forma rápida y proporcionar soluciones acertadas a través de nuestras decisiones, ya sea de forma directa o señalando el camino a seguir al personal.
- Carácter innovador, puesto que un líder debe ser el faro que ilumina la senda a seguir, fomentando nuevas iniciativas y cambios que conduzcan hacia la mejora del equipo y la empresa, incluso antes de que sean necesarios.
- Capacidad de autodesarrollo, apostando por nuestro propio desarrollo como profesionales. Un buen líder, por muy extraordinario que sea, debe ser consciente de la importancia de mejorar individual y colectivamente, por lo que debemos ser humildes y reconocer nuestras carencias, para trabajar en su eliminación.
Orientación hacia los resultados
Otro grupo de características del líder reside en la necesidad de que los directivos enfoquemos nuestro trabajo hacia la consecución de resultados. Dentro de esta sección de habilidades, se sitúan las siguientes capacidades:
- Promoción de la obtención de resultados. Esto significa que, si queremos llegar a cumplir con las 16 características de un líder extraordinario, tendremos que ser capaces de involucrar a nuestros empleados en los proyectos.
- Establecimiento de metas exigentes, pero realistas y alcanzables. Como líderes, estamos obligados a sacar lo mejor de nuestro equipo y potenciar el rendimiento de los trabajadores, mejorando la productividad de la empresa y buscando una mejora continua que nos sitúe a la cabeza de nuestro sector.
- Capacidad de iniciativa, que nos permita no sólo vislumbrar nuevos proyectos, sino también ejecutarlos con el compromiso e implicación de todo el equipo.
Habilidades interpersonales
Un líder sin personas a las que guiar es un sinsentido. De ahí que las relaciones interpersonales del directivo con el equipo sean otro de los puntos cruciales para reunir todas las características del líder extraordinario, según Zenger&Folkman.
- Líder comunicativo. De nada servirá nuestra experiencia o capacidad innovadora si no somos capaces de trasladar el mensaje al equipo. Una comunicación efectiva con los trabajadores es clave para subir el peldaño que separa a un buen jefe de un líder. Mensajes claros, frecuentes, con diálogo y escucha activa, abiertos a sugerencias y nuevas ideas nos ayudarán a conseguir esta característica, reforzando el vínculo entre líder y empleados.
- Ser la fuente de inspiración del resto del equipo es otra de las características que denotan que estamos ante un líder extraordinario. Detrás de un grupo que trabaja con entusiasmo y logra los resultados esperados hay un auténtico líder valorado y reconocido capaz de motivar a su personal para dar lo mejor de sí mismos.
- Construir relaciones personales a nivel laboral no es exclusivo de los trabajadores. El jefe también es equipo y, como tal, debe demostrar qué está implicado con sus compañeros y mantener relaciones personales con los empleados que afiancen la conexión.
- Conseguir el desarrollo de los empleados refleja nuestro liderazgo. Si queremos ser buenos líderes, debemos apostar por el crecimiento de todo nuestro equipo, apostando por la formación, involucrando a los trabajadores la toma de decisiones, reconociendo los éxitos personales de los empleados o favoreciendo el aporte de ideas o sugerencias.
- Trabajar en equipo es una de las habilidades de las que carecen los jefes mediocres y anticuados, para los que su cargo les imposibilita a mezclarse con los subalternos. Estos directivos están muy equivocados, ya que sólo conseguiremos ser líderes extraordinarios si trabajamos codo con codo con nuestro grupo, generando un ambiente positivo y colaborativo.
Liderar el cambio
El último pilar de nuestra tienda del liderazgo es el que hace referencia al carácter visionario del jefe. Para ello, un líder tendrá que reunir estas otras cuatro características:
- Perspectiva estratégica, que nos permita discernir nuevas oportunidades y planificar y desarrollar el trabajo para lograr los objetivos de la empresa.
- Impulso del cambio, contagiando su espíritu innovador al resto del equipo y permitiendo que sean los empleados los que desarrollen propuestas creativas con autonomía y libertad.
- Conector con el mundo exterior. El líder debe serlo tanto dentro como fuera de la empresa, extendiendo su carisma en alianzas y acuerdos de colaboración con otras organizaciones que redunden en la propia compañía.
Este artículo está basado en las investigaciones desarrolladas por Jack Zenger y Joe Folkman, plasmadas en su obra “El líder extraordinario: transformando buenos directivos en líderes extraordinarios”.
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