Siete de diez fracasos en procesos de fusión y adquisición en empresas están motivados por un liderazgo débil o escasa implicación de los trabajadores y el 60% de los modelos de actualización tecnológica no llegan a implantarse por causas como la resistencia de los empleados a dicho cambio o falta de formación en la materia.
En términos generales, las personas rechazamos los cambios, generan miedo, incertidumbre y ansiedad ante lo nuevo y desconocido, pero sólo a través de ellos podemos evolucionar hacia una versión mejorada de la realidad actual.
Por ello, el experto Tal Ben Shahar, titular de la cátedra de Psicología Positiva y Liderazgo en la Universidad de Harvard y profesor del Centro Interdisciplinario de Herzliya (Israel), señala la confianza como factor decisivo en el desarrollo empresarial y al liderazgo positivo como la herramienta principal para conseguirla.
No estamos tratando con recursos y herramientas, sino con emociones, por lo que la psicología del trabajo entra en juego y, dentro de ella, el liderazgo positivo, donde el enfoque pasa del “qué está fallando en la empresa” al “qué funciona bien en la compañía”. De hecho, las investigaciones en la materia desvelan que primar los aspectos positivos provoca un aumento de las probabilidades de que consigamos nuestras metas.
El efecto Pigmalion
Sentirnos capaces nos conduce a serlo, como puso de relieve un estudio realizado por el profesor de Psicología Social Robert Rosenthal, de la Universidad de Harvard, en el que dividió una clase de alumnos en dos grupos al azar. A uno de los grupos se les indicó que estaban en la media de inteligencia, mientras que al otro se le comunicó que estaba por encima del promedio, aunque en la práctica no era así.
Sin embargo, el segundo equipo obtuvo excelentes resultados al final de curso, sólo porque sus miembros sentirse que eran capaces de lograrlos. Una consecuencia que puede extrapolarse al seno de la empresa, donde los trabajadores que se sienten respaldados y con confianza, desarrollarán un mayor rendimiento y compromiso ya que se esforzarán por aprovechar al máximo su potencial y talento.
Consejos para un liderazgo positivo
Pero, ¿cómo podemos ejercer un liderazgo positivo en nuestro equipo? Las siguientes pautas, según el profesor Tal Ben Shahar, nos ayudarán a ejercer una gerencia que insufle confianza y motivación:
- Ser autodisciplinados para conseguir hacer realidad los cambios que nos hemos marcado entre nuestros objetivos.
- Mostrar nuestra gratitud con el objetivo de aumentar el bienestar psicológico y mental tanto de la persona a quien se la expresamos, como de nosotros mismos.
- Desarrollar hábitos positivos, es decir, convertir nuestros buenos comportamientos en algo inherente a nuestra forma de actuar. De esta forma, lo que empezó siendo un ritual meditado se transforma en una práctica habitual y, a posteriori, en un valor arraigado.
- Aceptar el fracaso. Los errores nos ayudan a mejorar, así que debemos aprovecharlos, aprendiendo de ellos, para mejorar y ser más útiles y competitivos.
- Realizar ejercicio físico para mejorar nuestra salud mental y autodisciplina. Dedicar media hora al día a cualquier actividad o deporte contribuirá a ejercer un liderazgo positivo.
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