Diez de la mañana. Reunión de equipo. Nada más entrar en la sala, una oleada de malas vibraciones te recibe: dos de tus empleados cuchichean entre risitas bajo la inquisitiva mirada de un tercero; otros discuten de forma poco asertiva sobre un tema banal, mientras el resto mira por la ventana o a su móvil como si buscasen una vía de escape ante tal caos. No sólo eso. Cuando terminas de explicar los nuevos proyectos y directrices al equipo, ante el gesto indiferente del resto de presentes, no hay respuesta: ni preguntas, ni aportaciones, ni dudas, sólo desinterés, desconfianza y desmotivación.
Con este panorama, seguro que ya te has dado cuenta de que el clima laboral de tu empresa está a unos niveles pésimos, con los consecuentes efectos adversos para la empresa, como baja productividad, absentismo, estancamiento…
¿Qué está ocurriendo? ¿Cuál es la causa de este ambiente enrarecido? Y, más importante, ¿cómo logramos un clima laboral óptimo como jefes de equipo? Como jefes de equipo, no estamos liderando correctamente a nuestro grupo, bien por ejercer demasiada autoridad, bien por mostrar una actitud demasiado relajada ante los conflictos.
Para evitar la situación antes descrita, pueden ayudarnos los siguientes tips o consejos:
- Crear un equipo de trabajadores honestos, con buena voluntad e iniciativa, personas que denoten atributos y valores.
- Reconocer las buenas actitudes de los empleados, situando a los trabajadores que muestren más compromiso y predisposición en puestos intermedios donde puedan influir y contagiar su motivación al resto.
- Ser sinceros, tanto para las buenas noticias como para las críticas. Es necesario que informemos sobre el desarrollo de la empresa para crear confianza, con una comunicación clara y contundente.
- Mantener las promesas, evitando delegar la culpa del incumplimiento en terceras personas. Si has prometido un aumento, hazlo porque sea posible y, en caso de problemas posteriores, asume tu responsabilidad, sin echar la culpa a otro departamento.
- Involucrar a los empleados en la toma de decisiones, facilitando que aporten sus puntos de vista, sugerencias, nuevas ideas para mejorar el funcionamiento de la compañía o críticas sobre los proyectos, de modo que se sientan parte de la empresa.
- Dar la confianza suficiente para expresar opiniones libremente y evitar que los empleados no muestren sus ideas por miedo a represalias o humillaciones públicas, agradeciendo la participación realizada, tanto si han emitido juicios positivos como negativos sobre la empresa o nuestro liderazgo.
- Permitir el acceso a la información de los trabajadores, para que puedan saciar sus interrogantes y crear sensación de transparencia y honestidad.
- Potenciar la cohesión del equipo de trabajo, incluyendo a todos los miembros en las reuniones de grupo, manteniendo la misma comunicación con los empleados y habilitando zonas comunes en las que afianzar las relaciones interpersonales.
- Fomentar la socialización del equipo, a través de actividades grupales de ocio fuera del entorno de la empresa donde se consoliden los lazos entre trabajadores y directivos.
- Impulsar el sentimiento de formar parte de la empresa entre los empleados, para que actúen como propietarios de la compañía, esforzándose por mejorar el funcionamiento y lograr objetivos.