¿Qué es el aula invertida? No, no se trata de cambiar de lugar la pizarra, ni de que los alumnos se conviertan en profesores. La ‘flipped classroom’ es una nueva metodología de formación presencial que cuestiona la idea de que el orden de los factores no altera el producto.
Ventajas del aula invertida en la formación presencial
En el aula invertida, los contenidos son aportados de forma previa y en diferentes formatos para que el tiempo de formación presencial en clase se dedique exclusivamente a profundizar en los temas, solucionando dudas y debatiendo sobre el asunto. De este modo, se consigue un enfoque más crítico por parte de los alumnos, al tiempo que mejora la participación y satisfacción de los estudiantes.
 

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De hecho, este tipo de formación presencial se está convirtiendo en una de las últimas tendencias en la capacitación de profesionales y cada vez son más las organizaciones que se dejan seducir por las ventajas de la ‘flipped classroom’. Entre sus beneficios, el aula invertida contribuye a las siguientes mejoras:

  • Fomenta la participación de los alumnos. Si bien no existen estudios sobre la mayor interacción de los estudiantes a través de esta metodología, dada la reciente implantación del sistema, los profesores y alumnos que ya la han experimentado aseguran que el cambio entre formación presencial tradicional e invertida es considerable. Para los docentes, la ‘flipped classroom’ consigue captar la atención de los participantes durante toda la clase, quienes se muestran más activos y participativos. Por su parte, los alumnos –al haber trabajado previamente el material- comprenden mejor los contenidos y se sienten más seguros a la hora de aportar sus ideas o dudas.
  • Potencia el trabajo en equipo. Mientras en la formación presencial tradicional, la clase se dedicaba en gran medida a la transmisión de la materia del profesor a los alumnos, el aula invertida saca este trabajo fuera y centra su objetivo en asentar y ampliar el conocimiento a través de debates y actividades grupales y colaborativas.
  • Aporta un aprendizaje personalizado. ¿Qué nos habéis entendido? La ‘flipped classroom’ permite que los asistentes aclaren sus dudas de forma individualizada, al haber tratado la materia previamente. Por el contrario, en los cursos tradicionales, el profesor necesita el tiempo de clase para avanzar la materia, lo que le imposibilita a responder a todas las preguntas.
  • Desarrolla el sentido analítico de los trabajadores. Ya no se trata de transferir una serie de conocimientos a los profesionales para que los asuman como ciertos o válidos, sino que el aula invertida potencia el debate de los contenidos, la aportación de distintas perspectivas, y como consecuencia, mejora la capacidad crítica y analítica de los participantes y los prepara para la resolución de conflictos.
  • Promueve la libertad de cátedra. Aunque los contenidos del curso sean iguales en cuanto al material impreso, bibliografía o vídeos, el tiempo que el profesor está en el aula puede emplearlo para desarrollar las actividades y técnicas que considere oportunas en función de las demandas y necesidades de los alumnos. Por ejemplo, imaginemos una acción formativa en comunicación efectiva impartida a dos grupos de trabajadores de la misma compañía: uno de comerciales y otro de directivos. En este caso, la ‘flipped classroom’ permitirá al docente ahondar en técnicas de venta en el primer caso, centrándose en comunicación y liderazgo en el segundo.

 

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