Prestar un servicio o facilitar un producto no es la única obligación que tienen las compañías respecto a la sociedad. En la actualidad, se hace necesario integrar dentro de las organizaciones una mayor conciencia que convierta a la entidad en una empresa socialmente responsable.
Ahora bien, cuando hablamos de responsabilidad social empresarial (RSE) no nos referimos a la puesta en marcha de una campaña puntual de ayuda al medio ambiente o una iniciativa filantrópica de la organización. La RSE es un concepto más profundo, que entronca con los valores y el propósito de la compañía y se refleja en cada acción o medida que pone en marcha la organización.
Qué es una empresa socialmente responsable
Existen numerosas definiciones de la responsabilidad social empresarial. Una de las más extendidas es la recogida en el ‘Libro Verde’ de la Comisión Europea, donde se describe la RSE como “la integración voluntaria por parte de las empresas de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con los interlocutores”.
Por su parte, el World Business Council of Sustainable Development concibe la empresa socialmente responsable como aquella que “asume un compromiso de contribuir al desarrollo económico sostenible por medio la colaboración con sus empleados, sus familias, la comunidad local y la sociedad, con el objetivo de contribuir a mejorar la calidad de vida”.
En este sentido, otras definiciones, como la del organismo de Responsabilidad Social de Cataluña puntualizan que la RSE “implica que las decisiones que se toman en una empresa se adoptan con la vista puesta, no solo en la maximización del beneficio, sino también en la sostenibilidad a largo plazo”, mientras que otros conceptos, como el aportado por el Cemefi, señalan la necesidad de que el compromiso consciente y congruente debe darse “tanto en lo interno como en lo externo”.
Por tanto, la empresa socialmente responsable presenta las siguientes características:
- Va más allá de la normativa vigente: la RSE no se traduce en un mero cumplimiento de las directrices legislativas, sino que incorpora políticas que aportan un valor añadido a la sociedad aunque no sea legalmente obligatorio.
- Se asume de forma voluntaria: son las propias compañías y líderes las que deciden aplicar los principios de la RSE a su organización.
- Afecta a los ámbitos medioambiental, social y económico.
- Involucra a todos los grupos de interés: las acciones de RSE no se ciñen a los clientes o los inversos, sino que tienen en cuenta a todos los stakeholders, desde los empleados o proveedores hasta la propia competencia.
Principios de la RSE
En “Guía sobre responsabilidad social” que plasma la norma ISO 26000, la Organización Internacional de Normalización detalla los siete principios básicos de la empresa socialmente responsable:
- Rendición de cuentas. Estas compañías deben someterse voluntariamente a la evaluación por parte las autoridades competentes en cuanto a su actividad, así como asumir las consecuencias de sus actuaciones, tanto si son positivas como negativas, aplicando las medidas necesarias para que estas últimas no se repitan.
- Transparencia. Las empresas deben facilitar toda la información que pueda ser relevante para cualquiera de los grupos de interés con los que se relaciona, siempre que no lesione con ello los derechos de otras personas.
- Comportamiento ético. La honestidad, la equidad y la integridad deben regir el funcionamiento de las organizaciones por encima de la obtención de beneficios.
- Respeto de los intereses de las partes interesadas. Las RSE no solo responden ante los accionistas o inversores, sino que deben atender los intereses de todos los grupos de interés durante el proceso de toma de decisiones.
- Principio de legalidad. Estas compañías deben cumplir la normativa vigente y tomar las medidas necesarias para que todos los miembros de las organizaciones se sometan a la legislación.
- Sometimiento a la normativa internacional. Además de las normas aplicables, la ISO 26000 aconseja el seguimiento de la legislación internacional a nivel social y medioambiental aun cuando la normativa del país en cuestión no lo exija.
- Respeto de los Derechos Humanos. Las RSE asumen la universalidad de los Derechos Humanos, independientemente de que no sean garantizados en su ámbito de actuación.