La Real Academia de la Lengua Española define el carisma como la “especial capacidad de algunas personas para atraer o fascinar”. En este sentido, el liderazgo carismático es aquel que permite a quien lo ejerce motivar e inspirar al resto de personas de la organización, aunque no estén claras las causas que producen esa atracción.

Es ese ‘je ne sais quoi’ que dirían los franceses, que hace que algunos profesionales destaquen por su habilidad para que otros los sigan. Pero, ¿en qué consiste el liderazgo carismático? ¿Es una cualidad innata o puede desarrollarse? En este segundo supuesto, ¿cómo se aprende carisma?

Concepto de liderazgo carismático

El concepto de liderazgo carismático se lo debemos al investigador Max Weber, quien en la década de los años 20 formuló una en la que diferenciaba tres modelos o estilos de liderazgo:

  • El líder tradicional, que llega al poder a través de un proceso jerárquico o por costumbre.
  • El líder legal, cuando su posición se basa en sus propios méritos o por la elección democrática de los compañeros.
  • El líder carismático, cuyo ascenso tiene su origen en la existencia de una serie de cualidades superiores que le atribuyen los demás.

Para Weber, carisma es “la cualidad de una personalidad individual en virtud de la cual es colocada aparte de los hombres ordinarios y que se le asume dotada con energías o cualidades superiores o excepcionales”. En este sentido, según Suresh Kenkare, autora de The Charismatic Leader, el liderazgo carismático se entiende como “la capacidad de captar la atención y el compromiso de los demás sin ninguna causa objetiva”.
Por su parte, George A. Sparks, en su trabajo Charismatic leadership: Findings of an exploratory investigation of the techniques of influence, explica que “el líder carismático consigue que las personas se sientan inspiradas y actúen siguiendo las directrices y puntos de vista del primero, del mismo modo que el público ante un buen actor es capaz de creerse el papel que representa”.

Del don ‘divino’ a la cualidad moldeable

Como vemos en sus inicios, el liderazgo carismático es concebido como un don innato que poseen algunas personas, herencia de su origen etimológico del griego donde carisma es entendido como ‘regalo’.
No obstante, en las últimas décadas se ha empezado a cuestionar que el carisma sea una característica exclusiva de algunos ‘afortunados’, apareciendo estudios sobre la composición y desarrollo del liderazgo carismático.
En este sentido, los expertos en Liderazgo y Recursos Humanos Jack Zenger y Joseph Folkman han investigado el liderazgo carismático, llegando a la conclusión de que la capacidad para motivar e inspirar a otros es mejorable. En concreto, los autores sometieron a 300 líderes a un periodo de aprendizaje durante un periodo de 18 a 24 meses de habilidades para inspirar y motivar, registrando una mejora de esta capacidad a nivel estadístico de 10 puntos porcentuales.
“Con la conciencia, los buenos comentarios y un plan de desarrollo, los líderes son definitivamente capaces de lograr una mejora significativa en la más importante de todas las competencias de liderazgo”, apunta Folkman en el artículo Everything Counts: The 6 Ways To Inspire and Motivate Top Performance.

Los seis perfiles del liderazgo carismático

Pero el trabajo de Zenger&Folkman ha ido más allá analizando también los rasgos de los 1.000 líderes con mayor puntuación en su capacidad para inspirar y motivar. Sus estudios les han llevado a afirmar que “existen diferentes enfoques para inspirar en el liderazgo que van más allá del carisma y que la capacidad de inspirar y motivar a los demás es una habilidad conductual que cualquiera puede desarrollar”.  Por ejemplo, Warren Buffett y Oprah Winfrey son ejemplos de liderazgo carismático con estilos totalmente distintos.
En conclusión, los expertos han descubierto seis enfoques del liderazgo carismático:

  • Visionario: aquel líder que proporciona una imagen clara del futuro y es capaz de transferirla al equipo.
  • Conector: se trata de los perfiles que construyen relaciones personales positivas, a nivel individual y grupal, gracias a su escucha activa e inteligencia emocional.
  • Conductor: se refiere a aquellos profesionales que presentan una alta orientación hacia la consecución de objetivos, impulsando para ello el desempeño de los trabajadores y los equipos.
  • Ético: consiste en aquel líder que proporciona un poderoso modelo a seguir sobre cómo hacer las cosas correctas de la manera correcta.
  • Entusiasta: aquellos directivos que exudan pasión y energía sobre la organización, sus objetivos y el trabajo en sí mismo.
  • Experto: engloba a los líderes que ofrecen al equipo una sólida dirección técnica que proviene de una gran experiencia.

Ahora bien, como señalan los expertos, esa capacidad para inspirar o motivar del liderazgo carismático no es una habilidad que deba reservarse para las grandes ocasiones, sino que debe demostrarse en la actividad diaria. “Cuando un líder toma unos minutos para preguntar a la gente cómo le está yendo, agradecerle su trabajo y animarlos a hacer más; ese esfuerzo cuenta. De hecho, todo cuenta”, aseguran.
¿Te gustaría ser un líder inspirador? En el Grupo P&A, socio de la consultora Zenger&Folkman, contamos con el programa Inspiring leader con el que los directivos pueden incorporar a sus competencias la habilidad más demandada por los equipos.

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