Amados por unos y odiados por otros, es innegable cómo los headhunters han irrumpido en la industria empresarial general. En un mundo colapsado de trabajadores, los headhunters se dedican precisamente a descongestionar los procesos de contratación y a buscar candidatos para cubrir determinados puestos de trabajo. Obran como cazatalentos u ojeadores en búsqueda de la mejor opción para la empresa por medio de diferentes parámetros.


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Tan necesarios como imprescindibles

El mercado laboral es hoy en día muy competitivo y los procesos de selección son tremendamente complejos. Existen profesionales en la empresa del departamento de recursos humanos con la capacidad de gestionar estos procedimientos, pero pocos con la instrucción necesaria para ser proactivos y lanzarse a por los mejores candidatos. Es por esto que muchas empresas optan por externalizar este proceso, concretamente a consultorías especializadas donde estos headhunters trabajan.
Los headhunters son personas que atesoran una gran experiencia y despiertan interés. Sus métodos de trabajo suelen ir más allá de lo que es habitualmente aplicado al entorno de recursos humanos, aprovechando secretos y técnicas que se alejan de las metodologías habituales. Esto es lo que les hace tan importantes e imprescindibles, porque se cree que un buen headhunter es capaz de detectar el talento incluso antes de que se manifieste. Los headhunters tienen el encargo de encontrar profesionales para puestos de trabajo muy específicos, escasos en el mercado, tales como puestos directivos o técnicos en los que se deban tener características muy determinadas.
 

Sus métodos secretos de trabajo

Para llevar a cabo su trabajo con éxito utilizan un proceso metódico que cumple con una serie de acciones fundamentales a las que aportan un toque personalizado propio de cada uno. Comienzan elaborando el perfil en el cual está interesada la empresa que ha contratado sus servicios. El headhunter solicita a la empresa cliente que detalle el puesto a cubrir con detalles tan importantes como formación, experiencia profesional o condiciones salariales que están dispuestos a ofrecer a la persona a la que contraten.

Posteriormente el headhunter analizará el trabajo que se le ha encomendado y elegirá las fuentes de reclutamiento que sean más adecuadas dependiendo del caso. Hoy en día las fuentes más potentes son las redes sociales profesionales (Xing, Linkedin, Viadeo) y en menor medida las redes sociales generales, como Facebook o Twitter. Se obvian los lugares masivos como empresas reclutadoras, pero sí que se usan webs de profesionales en las que es posible encontrar candidatos. La búsqueda de candidatos a veces se focaliza en empresas de la competencia. Aquí el headhunter se pone en contacto con empresas de la competencia con el objetivo de localizar el nombre de la persona que ocupa el puesto que quiere cubrir. Para conseguirlo inventa una excusa que le permitirá llegar a la persona deseada y a partir de ahí analizar cada caso concreto.
Esta técnica es un poco controvertida, puesto que no es del agrado de todos los profesionales, pero a los headhunters les suele resultar muy útil. La combinan con el propio conocimiento del mercado laboral del headhunter, entre cuyas responsabilidades se encuentra el tener conocimiento de empleados de distintos cargos a los que podría recurrir en caso de necesidad.
Por último, cuando el headhunter ya ha encontrado un empleado idóneo, se pone en contacto con él y le informa. El headhunter explica al candidato el perfil del puesto disponible y los detalles esenciales del mismo, utilizando una conversación cordial e intentando mostrar confianza al candidato. Este contacto directo no implica que se vaya a realizar la contratación, dado que dependerá tanto del candidato como del propio headhunter, que será el que tendrá la última palabra. En el primer contacto el headhunter no suele compartir el nombre de su cliente, principalmente por motivos de confidencialidad y para que el posible empleado no decida ignorar el trabajo de la persona que le ha contactado.
Después de este primer contacto el headhunter realiza entrevistas más a fondo con los candidatos más potentes, aunque no serán encuentros demasiado exhaustivos. Y por último el headhunter enviará a los elegidos a la empresa que le ha contratado con la intención de participar en una entrevista de tú a tú que preceda a la posible contratación. En este momento terminará el trabajo del headhunter, que con cada contratación seguirá aumentando los recursos y posibilidades de sus clientes.
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