¿Qué hacen los líderes que nunca dejan de crecer?

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Por Raquel García del Cid, directora técnica y consultora de talento en Grupo P&A.

En los últimos años, desde Grupo P&A hemos acompañado a miles de líderes – nacionales e internacionales – en su desarrollo. Las sesiones de coaching se han convertido en una herramienta fundamental en este acompañamiento y también en una fuente de aprendizaje para nosotros. Gracias a ellas, hemos podido identificar algunas de las mejores prácticas que estos hombres y mujeres llevan a cabo: comportamientos, hábitos y decisiones que tienen un impacto real y positivo en su crecimiento profesional y personal.

Entonces, ¿qué acciones y cambios incorporan en sus planes que les permiten avanzar? La respuesta no suele estar en los grandes logros visibles, sino en las pequeñas prácticas diarias que marcan la diferencia. Acciones concretas, integradas en su día a día, que les ayudan a mantenerse enfocados, superar bloqueos y construir un estilo de liderazgo más consciente y efectivo.

En este artículo descubrirás que están haciendo realmente los líderes que apuestan por su desarrollo. Acciones sencillas, pero poderosas, que quizás tu también puedas incorporar en tu propio camino.

Tras años de experiencia y horas de conversaciones, te compartimos algunas de las prácticas más efectivas que nos han confiado estos líderes:

Buscan acciones sencillas 

Muchos líderes descubren que el cambio no empieza con grandes decisiones, sino con pequeños hábitos sostenidos en el tiempo. Un mando intermedio me contaba una vez que empezó a reservarse unos minutos al inicio de la semana para organizar sus prioridades: “Me he dado cuenta de que con poca inversión, consigues mucho”, decía.

Plantearse grandes cambios puede hacer difícil mantener la motivación, sobre todo si los resultados no se ven de forma inmediata. En cambio, las pequeñas acciones permiten mantener el foco y observar el impacto o evolución con mayor claridad.

Identifican escenarios concretos para practicar nuevos comportamientos

Durante las sesiones de coaching es habitual trabajar comportamientos como la escucha activa, el reconocimiento o el hacer más preguntas. Sin embargo, lo verdaderamente transformador ocurre cuando los líderes identifican momentos concretos para aplicar esos cambios.

Los nuevos hábitos rara vez surgen de forma espontánea. Elegir un momento concreto – antes de una reunión, justo al hablar con un responsable – ayuda a tomar conciencia y poner foco en el cambio.

Pregúntate, ¿en qué situación o momento concreto? ¿con qué persona concreta? ¿cuándo lo voy a llevar a cabo?

En este sentido no podemos perder la oportunidad de utilizar situaciones de la vida personal como escenario. El desarrollo de habilidades no se limita al trabajo, sino que el ámbito personal se convierte en un laboratorio fantástico para poner en práctica algunos comportamientos y, ¡con menos riesgo! Una coachee me confesaba que había empezado a cambiar su lenguaje con sus hijos adolescentes. ¡Y por supuesto le estaba resultando muy difícil!

Aspectos como la paciencia, la empatía o el manejo de una conversación difícil, se entrenan también en escenarios personales.

Piden feedback de forma intencionada

En ocasiones algunas personas no tienen muy claro el impacto que una acción está teniendo en su entorno. Otras, sin embargo, lo tienen claro. Simplemente, lo preguntan. Los líderes que más crecen son aquellos que piden retroalimentación con propósito, enfocándose en comportamientos específicos que desean mejorar.

Una responsable de área me contaba: “Me senté con mi equipo para hablar sobre mi estilo de gestión, y descubrí que no delego tanto como pensaba“. Para esta persona fue revelador y el impulso para comenzar a delegar mucho más, empoderando a su equipo.

Si te interesa especialmente el tema del feedback, puedes encontrar algunas ideas interesantes aquí.

Involucran al equipo y otras personas en su desarrollo 

Si analizamos el tipo de acciones que los líderes incluyen en sus plantes, observamos que algunas hacen referencia a su propio autoliderazgo – sus creencias, su gestión, sus emociones en esta o aquella situación – y otras muchas tienen que ver con las personas de su entorno y en las que pretenden impactar de alguna manera.

Los líderes más efectivos en sus planes saben que involucrar a otros es clave para comprometerse con su plan y tener más garantías de éxito, ya sean colaboradores, sus responsables u otras personas en la organización.

Muchos son los que comparten sus planes con colegas o personas de confianza. En la gran mayoría de los casos, consideran estas conversaciones enriquecedoras, donde encontrar otros puntos de vista o ideas para poner en marcha.

Otros comparten sus compromisos de forma honesta con sus colaboradores. Una líder me contaba en una sesión de seguimiento que había compartido con su equipo la intención de involucrarlos más en temas del departamento y estaba haciendo un esfuerzo por tener una comunicación más frecuente y constante durante las últimas semanas. El resultado fue doble: ella mejoró su comunicación y el equipo respondió con más iniciativa e incluso alguna persona le comentó que se sentía más valorada.

En definitiva, ten conversaciones sobre tu plan con las personas de tu entorno. Expresa a los demás tu deseo sincero de mejorar y desarrollarte.

Toman la iniciativa y se atreven a hacer cosas diferentes

Crecer implica exponerse. Atreverse. Mejorar es una habilidad que no tenemos o aprender un nuevo comportamiento, implica seguramente hacer cosas que nos incomodan en cierto grado: atreverse a dar un feedback difícil, hablar en público…El caso es que para obtener resultados diferentes o extraordinarios necesitamos hacer cosas diferentes.

Los líderes que sienten que han mejorado mucho, son conscientes del valor de hacer algo diferente y pasar a la acción.

Cuando les preguntas sobre qué cambió o qué les impulsó, muchos coinciden en algo muy simple: dieron el primer paso. De iniciar una conversación que llevaban tiempo postergando, de empezar a organizarse, de cambiar al menos un aspecto de su comunicación. Después de ese primer paso, se abren otras opciones y posibilidades y toman impulso para seguir realizando los cambios necesarios.

¿Y si no sale bien? Bueno, llevamos toda la vida haciendo las cosas de una determinada manera. No tiene que salir perfecto a la primera. Date la oportunidad, persiste, se amable contigo mismo/a ante los errores y valora los pequeños avances.

Conclusión

En definitiva, el cambio empieza en lo cotidiano. Los líderes que avanzan de forma consistente aprovechan cada día como una oportunidad para practicar, aprender y crecer. Son intencionales, humildes y comprometidos con su desarrollo.

Estas prácticas pueden parecer simples, pero aplicadas con regularidad y conciencia, tienen un impacto profundo.

¿Cuál de ellas podrías empezar a aplicar tú hoy mismo?

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