La comunicación en la empresa actúa como el sistema nervioso en el cuerpo humano: es la encargada de conectar los distintos músculos y órganos, es decir, los trabajadores y equipos entre sí, y permitir que se coordinen para conseguir un objetivo global. Por ello, es importante desarrollar dinámicas de comunicación en las organizaciones con las que los trabajadores mejoren sus habilidades en esta materia.
La comunicación como objetivo transversal
Según Peter Drucker, autor de numerosas y relevantes obras de management, el 60% de los problemas de una compañía surgen como consecuencia de una mala comunicación, entendida por el padre de la administración de empresas modernas como “el proceso mediante el cual se puede transmitir información de una entidad a otra, de una persona a otra, de un individuo a otro, alterando el estado de conocimiento de la entidad, persona o individuo receptor”.
No practicar una escucha activa, desconfiar de los compañeros, no empatizar, incongruencias entre lenguaje verbal y corporal, prejuicios, sobrecarga de datos, barreras físicas… son algunos de los obstáculos con los que nos podemos encontrar a la hora de trasladar e interpretar un mensaje. Por ello, los líderes no deben centrarse exclusivamente en mejorar sus habilidades comunicativas sino, también, en fomentar este desarrollo a nivel interno en toda la plantilla y a todos los niveles de comunicación.
Para ello, en el Grupo P&A contamos con diferentes herramientas formativas para reforzar una transferencia de la información eficaz en el seno de las organizaciones, tanto a nivel vertical, como horizontal, como el programa ‘Cómo mejorar la comunicación interna en las empresas’.
Dinámicas de comunicación para la empresa
Entran en juego en esta meta las dinámicas de comunicación, ejercicios de teambuilding donde los profesionales de una compañía pueden potenciar sus capacidades en este ámbito, de forma amena y práctica, a través de la metodología de gamificación.
Estas son tres dinámicas de comunicación con las que podemos reforzar la conexión y entendimiento entre el capital humano.
¿Cuál es tu estilo?
Una forma de adentrarnos en las habilidades comunicativas de directivos y trabajadores es este juego, en el que se pueden identificar los diferentes estilos de comunicación: pasivo, agresivo o asertivo.
El primer paso consiste en invitar a los miembros del grupo a que escriban en un folio 5 o 6 características que definen a uno de los estilos, tanto verbales como no verbales, y que después paseen y conversen por la sala siguiendo esas pautas.
Tras unos minutos, el coordinador les pide que mantengan su posición y explica los elementos que representan ese estilo en cuestión, intercambiando opiniones con los participantes sobre las consecuencias negativas que puede causar y las técnicas para evitarlas.
Una vez concluido un estilo, el grupo repite el mismo ejercicio con los otros y, finalmente, elaboran una lista con las prácticas vinculadas a una comunicación asertiva que vuelven a representar en la sala, debatiendo sobre sus impresiones.
Cuestión de perspectiva
Si vemos la sombra de un bidón de gasolina en el que la luz incida por su parte estrecha, observaremos un círculo, pero si la luz está enfocada a su parte alargada, lo que se percibirá en la pared es un rectángulo. Nadie tiene la verdad absoluta, sino que cada sujeto interpreta la realidad en función de sus circunstancias individuales. Esto es lo que pretende inculcar este otro ejemplo de dinámicas de comunicación.
En este ejercicio, el coordinador solicita tres voluntarios que deben describir una parte distinta de un mismo objeto, sin que ninguno conozca qué deben hacer los otros dos y sin mencionar el objeto en sí. Por ejemplo, un trabajador hablará sobre la patas de una mesa; otro, sobre el tablero; y el tercero sobre el cajón o los utensilios que sostiene.
Tras las tres intervenciones, el resto de participantes tratará de adivinar a qué se estaban refiriendo y comentarán los objetos en los que iban pensando conforme los explicaban y cómo llegaron a la conclusión acertada.
Este juego contribuye a analizar las diferentes interpretaciones que se pueden dar a una misma cosa, dependiendo de cómo se mire, y cómo una información sesgada puede llevar a errores.
Entiende mi cuerpo
La comunicación no verbal representa la mayor parte de la información (el 90%, según Albert Mehrabian) que recibimos en una interacción interpersonal. De ahí que las dinámicas de comunicación también deban trabajar este tipo de mensajes.
El juego es sencillo. El coordinador reparte a cada uno de los integrantes del ejercicio tarjetas con pequeños textos (“Mañana voy al médico”; “Necesito irme de vacaciones”; “Me lo pasé bien en la cena de empresa”…) y, uno por uno, deben interpretar solo con su cuerpo y cara la frase durante un par de minutos.
Terminado el tiempo, el resto de participantes escribe de forma individual la frase que considera oportuna y se la entregan al ‘actor’, que lee una a una cada respuesta y, finalmente, revela cuál era su mensaje, analizando entre todos qué gestos les llevaron a poner una u otra contestación, y cómo contribuye la comunicación no verbal en su desempeño profesional.
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