Las personas pasan más de un tercio de sus vidas trabajando. ¿Y si lo hacen en un ambiente optimista en lugar de uno tóxico? Esto es lo que pretende Shawn Murphy en su libro The Optimistic Workplace: Creating an Environment That Energizes Everyone

Cómo crear un ambiente optimista en el trabajo: 5 consejos de Shawn Murphy

El optimismo en el lugar de trabajo

El CEO y fundador de Switch & Shift sostiene que un ambiente optimista consiste en un entorno laboral donde existe esperanza. Esperanza de que el arduo trabajo que se está llevando a cabo va a generar cosas buenas, tendrá un resultado significativo para el empleado.

Sin embargo, los índices de satisfacción laboral han caído en los últimos años. En España, solo  el 71% de profesionales se encontraban felices en su puesto de trabajo en 2019, tres puntos menos que el año anterior, según el último Workmonitor de Randstad.

Ante esta situación, el autor quiere concienciar a los líderes de la importancia de crear un ambiente optimista en las organizaciones, aportando una experiencia satisfactoria para ellos y para los colaboradores. No hay que olvidar que los trabajadores felices están más motivados y comprometidos y son más creativos, dinámicos y productivos, entre otros beneficios de un clima laboral positivo.

Pautas para crear un ambiente positivo

¿Qué claves comparte Murphy en su libro? Las siguientes son sus principales conclusiones.

La búsqueda de un propósito

El optimismo está fuertemente ligado con la existencia de un propósito. Así, Carol Ryff llevó a cabo un experimento en el que mostraba a las personas distintas imágenes; cuanto más desagradables eran, más duraba el parpadeo como respuesta emocional a las mismas. Sin embargo, aquellos participantes con un claro propósito mostraron parpadeos más cortos ante imágenes negativas.

Por ello, Murphy recomienda a los directivos que impulsen en los trabajadores esta búsqueda de propósito, pues contribuye a que los profesionales tengan una guía en tiempos difíciles y les resulte más fácil tomar decisiones. “El propósito ilumina a las personas. Hay vitalidad en las personas que tienen un propósito, que trabajan con un propósito, que se alinean con un propósito”, afirma.

De ahí que la DeVry University concluya que el 71% de los millennials mencionen el “trabajo significativo” como su indicador más relevante en el éxito profesional.

Valores personales y corporativos alineados

En esta misma línea, un ambiente optimista necesita que exista concordancia entre los valores personales de los trabajadores y los valores de la organización.

“Identificarse con los valores ayuda a desarrollar relaciones más sólidas y aporta claridad sobre lo que es importante”, comenta Murphy.

La colaboración como clave del ambiente optimista

En su obra, este experto en liderazgo señala que un ambiente optimista en la empresa requiere que haya personas que cooperan y colaboran entre sí. Como pone de manifiesto el neurocientífico Matthew Lieberman en su libro Social: Why Our Brains Are Wired to Connect, el cerebro humano está diseñado para relacionarse y conectar con los demás.

Para insuflar este clima laboral es necesario fomentar la comunidad organizativa. En concreto, el autor recomienda potenciar la comunicación con los trabajadores, empezando por reclutar a profesionales que sean capaces de colaborar o celebrar actividades conjuntas que propicien las relaciones interpersonales.

Guía gratuita: Clima laboral y satisfacción de la plantilla

El papel del liderazgo en el ambiente optimista

Según investigaciones de Hay Group y Gallup, los líderes son los responsables en un 70% de cómo se sienten los empleados en el trabajo. Por ello, Murphy destaca que el estilo de liderazgo que se ejerza es fundamental en la consolidación de un ambiente optimista en la empresa.

Esto pasa, en primer lugar, por conocerse a uno mismo y ser conscientes de los valores y propósitos individuales y, en segundo lugar, darse cuenta de lo que es importante también para los demás.

Se trata de un ejercicio de empatía, analizando cómo los miembros responden a las distintas situaciones y se relacionan entre sí. Ahora bien, como puntualiza el experto, es preciso crear un clima de confianza para facilitar este feedback transparente entre los miembros del equipo.

El riesgo del ambiente optimista tóxico

En este afán por crear un ambiente optimista en la organización, los directivos pueden incurrir en excesos. “Es posible tener demasiado optimismo en el lugar de trabajo”, apunta Murphy.

Esto sucede cuando el líder, por temor a dañar ese buen clima de trabajo, evita dar feedback negativo a sus empleados. De hecho, según las investigaciones de Zenger&Folkman, el 44% de los ejecutivos admite que aportar un feedback constructivo resulta estresante o difícil.

Esta falta de comunicación provoca que el rendimiento de los empleados disminuya, pues desconocen cómo podrían mejorar y se genera confusión en la plantilla. “Lo que hace que el optimismo sea una influencia poderosa en las personas y el rendimiento es que emerge a través de la honestidad y el respeto”, recuerda el autor.

Para evaluar cuál es el ambiente laboral de las organizaciones, el Grupo P&A pone a disposición de las empresas estudios de compromiso, en los que se analizan ocho variables o palancas de la implicación laboral que revelan el estado de clima en la compañía.


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