Continuamos con la segunda y ultima parte de este artículo.. lee el anterior sino lo viste antes de seguir con este
TIPOS DE TOXIS:
No se trata de hacer oídos sordos a los problemas que sufren las personas a nuestro alrededor, más ¿es realmente necesario (y apetecible) ver sistemáticamente la vida de color negro o convivir con según qué tipo de gente?. Así parecen creerlo ciertas aves de mal agüero que, siempre al acecho, viven dispuestas a darnos su pequeña lección de Apocalipsis vital en cada momento. ¡Se trata de no dejarse llevar por el camino que otros vayan, si no nos conviene!. Pero, para ello, primero debemos identificar con exactitud su tribu de origen.
No todas las personas tóxicas responden a una única descripción, puede que alguna persona tenga más de un rasgo. De hecho, todos tenemos alguno. Lo que ocurre es que la gente verdaderamente tóxica tiene varios; y quien los tiene todos ya es… ¡de aurora boreal!.
Podemos clasificar a las personas tóxicas en varios tipos. Ello ayuda a su identificación y a tratarlas. Hay muchos más, pero estos son los tipos más frecuentes:
- Toxi-NO: nunca positivo, siempre negativo, llevar la contraria por sistema, todo lo ven mal. Sin embargo, y eso es lo peor, no aportan soluciones, solo se oponen
- Toxi-TÚ: personas clásicas del “y tú más”, “es que tú…”, “tú también” (por supuesto, siempre algo negativo), que en lugar de darte una respuesta adecuada te riñen, te echan la culpa
- Toxi-YO: lo ven todo únicamente desde su punto de vista y “te lo colocan” en cuanto pueden y te cuentan su película; es la gente que siempre responde, venga o no a cuento, con el clásico “pues yo…”, “pues a mi…”, “y yo…”. Tendencia a dogmatizar, a sentenciar (claro está, desde su único punto de vista, aunque no tengan los datos necesarios para opinar con fundamento; pero por opinar que no quede…)
- Toxi-YA: lo quieren todo para ahora mismo, sin respetar tu momento, tu espacio, tu ocupación. Tal vez no lo quieran para tan pronto, tal vez incluso no lo quieran, más les urge pedirlo y exigirlo “para ya”
- Toxi-CONTROL: gran afán por controlarlo todo, por supervisarlo todo. Como si su única preocupación fuese la vida de los demás, tal vez porque la suya no la tienen suficientemente llena o por sentirse en inferioridad o inseguridad, que intentan superar ejerciendo ese control. Son quienes, por ejemplo, mientras miráis la carta en un restaurante te preguntan lo que vas a pedir y, cuando viene el maître a tomar nota, piden por ti. Resultan agobiantes para los demás
- Toxi-PROB: profesionales de los impedimentos, todo son pegas, todo es un gran problema, montan un “pollo” por cualquier detalle, por insignificante que sea; gente cuyo punto de mira está en las dificultades. Tendencia a “inventarse problemas”. No aportan solución, solo señalan el problema y se regodean en el mismo, magnificándolo, sin plantearse la verdadera importancia del mismo. Tipología propia de gente insegura, dubitativa, indecisa y dependiente, las más de las veces ávida de protección. A veces también se trata de gente racional que pone con certeza el dedo en el error y solo en el error, lo cual crea frustración en los demás
- Toxi-NEG: parecidazas a las anteriores, son personas que todo lo ven negro y en ese color ponen el énfasis. Pesimistas por sistema instaladas en el negativismo permanente sin justificación. Deforman cualquier comentario que escuchen y montan un mundo –negativo, por supuesto- en torno a lo que han oído (que no escuchado). También tipología propia de gente insegura, dubitativa, indecisa y dependiente, las más de las veces ávida de protección
- Toxi-OBS: lo ven todo desde un prisma obsesivo; unas veces es el del precio, el coste; otras veces su obsesión es por los resultados de algo o por su rentabilidad, otras más son por los detalles de las cosas, por nimios que sean, los clásicos perfeccionistas estarían entre ellos; algunas veces lo que les obsesiona es la salud, y siempre están mencionando la repercusión en la misma de cada cosa que hacen ellos o los demás. Esas características la solemos tener todos, lo que ocurre en este tipo de personas son su obsesión: venga o no venga a cuento todo lo traducen a euros o a pequeñeces, llegando a incomodar a los demás. Son gente que se incomoda, y hace incomodar a los demás, por una servilleta en la mesa del restaurante que no está perfectamente colocada, que cualquier objeto de conversación tiene su traducción en su precio, venga o no venga a cuento, que se agobian si llegan un minuto tarde a una cita, y así. Puedes imaginar lo que es un obseso político o religioso….
QUÉ HACER ANTE LA GENTE TÓXICA:
INTERNAMENTE (hacia tí):
Espero que no respondas a ninguno de los tipos mencionados, mas si así fuera bastará con que te reconozcas en el que te sea de aplicación, te des cuenta de ello, decidas no ser así y no incurrir más en tales defectos. Aquí es de aplicación lo que la inteligencia emocional trata como autoconocimiento y atención plena (“el liderazgo personal empieza por la conciencia de uno mismo” dice con acierto Robin Sharma en su magnífico libro “Éxito, una guía extraordinaria”). El hecho de que hayas llegado a leer hasta aquí ya significa que has podido pensar si estás peligrosamente cerca de alguno de los perfiles señalados, ¡buen comienzo!.
Ante una persona tóxica, el primer consejo es no dejarse llevar de la situación, no dejarse influenciar por la misma. Esto significa profundizar en lo propio, en el propio carácter, construirse una “coraza” que nos proteja emocionalmente de la toxicidad de los otros; es decir, practicar lo que se llama Resiliencia.
En definitiva, tu eres “el C.E.O. de tu vida”. Por tanto,
asume tu responsabilidad en ella y no te dejes llevar por lo que veas en otras personas y no te guste. Potencia tu automotivación, asume tu responsabilidad, que tu bienestar está en tus manos.
asume tu responsabilidad en ella y no te dejes llevar por lo que veas en otras personas y no te guste. Potencia tu automotivación, asume tu responsabilidad, que tu bienestar está en tus manos.
Puedes también reflexionar de otra manera: pensar si lo que te parece tóxico en otra persona realmente lo es o tal vez es cosa tuya. Entramos en el terreno de la percepción, libre pero subjetiva; como si vas a la Cuidad Encantada de Cuenca y te asustas porque ves un dragón terriblemente peligroso: que lo veas no quiere decir que esté allí para ponerte en peligro. De la misma forma puede ocurrir que lo que te parece defectuoso en otra persona tal vez no sea tan grave…
Esto debería ser suficiente.
EXTERNAMENTE (hacia el exterior, hacia la persona):
Tu vida irá hacia delante
cuando te apartes de las personas que te llevan hacia atrás”
Alguien
No hay una fórmula universal para tratar a la gente tóxica (ya me gustaría que la hubiera, tanto para mi como para compartirla contigo). Por supuesto, la gente tóxica nunca admite culpa ninguna de lo que le está pasando (la culpa la tienen siempre otros o, simplemente, no se dan cuenta de su toxicidad), y eso añade una dificultad adicional al trato con este tipo de personas. Sin embargo, sí hay unas buenas prácticas que funcionan. Aquí van.
Una es practicar la Escucha empática, es decir, profundizar en lo que nos dicen los demás con el propósito de descubrir lo que realmente nos quieren decir y cómo se sienten cuándo nos lo dicen; actitud de comprensión, en suma, y no discutir, lo que no conduce a nada positivo.
Otra es la expresión asertiva. Si la persona tóxica no es avisada de su toxicidad continuará así hasta el infinito. De una forma diplomática –asertiva- se le debe recordar su toxicidad. Dominando la asertividad podemos ser capaces de decir a otros lo que debemos decirle (que tienen un comportamiento tóxico, por ejemplo), y hacerlo de forma que la otra persona no se sienta ofendida. Lo contrario sería empeorar la situación. Sí, lo sé, practicar la asertividad es difícil, pero con la práctica puede conseguirse.
Funciona también hacer preguntas a la gente tóxica para hacerle reflexionar. Esto ya está inventado, es lo que hacen los coaches habitualmente. Preguntas tipo “¿en qué te basas para pensar así?”, “¿qué pasará, realmente, si eso que temes sucede?”, “¿has pensado si hay otra forma mejor de abordar la situación?”, “¿cómo defenderías eso, sin hacer el ridículo, ante …(persona importante)?”, “¿te parece correcta esa forma de comportarte, de pensar?”, “¿te has fijado en las consecuencias de actuar así?” suelen ser efectivas para hacer pensar, y tal vez reconsiderar, a la persona tóxica.
Una persona tóxica intentará contrarrestar cualquier sonrisa, cualquier sentimiento positivo que tú hagas, ya que intentará llevarte a su terreno. Si esto es así, evítalo y sé un poco egoístacontigo mismo; que busque a otro a quien arruinar mentalmente.
Finalmente, queda otra práctica que parece banal y fuera de lugar pero que, si piensas, verás que no es tal: tomárselo con humor…
COROLARIO:
(tomado de la página de Alba Orons)
Francisco de Asís Bonora Xeri
Consultor-Formador de Grupo P&A en Calidad y Personas