¿Te incomoda o atemoriza hablar en público? Si tu respuesta es afirmativa, hay dos datos que debes tener en cuenta como punto de partida para superar este hándicap. El primero es que no eres un caso aislado. De hecho, en torno al 70% de las personas siente miedo a enfrentarse a una audiencia, según recoge James C. McCroskey en su trabajo Communication Apprehension: What Have We Learned in the Last Four Decades. El segundo, que puedes aprender estrategias de comunicación para controlar el nerviosismo y hablar en público con solvencia.
Casi todo el mundo tiene que enfrentarse en alguna ocasión a una exposición oral, desde el estudiante que debe presentar un trabajo ante la clase hasta el propietario que tiene que defender sus intereses en una reunión de vecinos. Sin embargo, las ocasiones de hablar en público a las que se ven sometidos los directivos de las empresas son considerablemente más numerosas por las propias funciones de sus puestos. Presentaciones de balances ante los socios accionistas, reuniones de equipo con los empleados, conferencias en congresos del sector económico en representación de la empresa o negociaciones con los proveedores son situaciones cotidianas de los altos cargos que requieren grandes dotes de comunicación oral.
De ahí que, en estos profesionales, el dominio de las estrategias de comunicación para hablar en público sea crucial para el éxito de la compañía. ¿Cómo podemos mejorarlas?
Estrategias de comunicación oral
En la década de los años 30, Alan H. Monroe desarrolló en su libro Monroe’s Principles of Speech un proceso para afrontar el reto de hablar en público que hoy día sigue aplicándose. Así, al enfrentarnos a un discurso ante una audiencia, debemos seguir la siguiente secuencia de cinco pasos:
- Captar la atención del público desde el inicio del discurso. Si nos fijamos en los primeros minutos de los conferenciantes más prestigiosos comprobaremos cómo los oradores dedican esta primera parte a despertar el interés de la audiencia. Para ello utilizan, entre otras técnicas, anécdotas, bromas, preguntas hacia los presentes o ejemplos reales.
- Despertar la necesidad de los oyentes. Se trata de transmitir al público cómo y por qué un determinado problema o circunstancia les afecta hasta el punto de que los destinatarios quieran conocer la solución del orador.
- Conseguir la satisfacción de la audiencia. Para que la comunicación oral sea eficaz, es imprescindible que, no solo planteemos el problema, sino que también ofrezcamos una solución que satisfaga a los presentes.
- Visualizar los efectos. Reforzaremos el mensaje exponiendo en las consecuencias concretas que obtendrá el público si sigue nuestros consejos o los efectos adversos de ignorar nuestras propuestas.
- Incitar a la acción. ¿Qué queremos lograr con el discurso? Una compra del cliente, la financiación de un nuevo proyecto por la junta de accionistas, la coordinación del equipo de trabajo… Digámoslo con claridad. El cierre de cualquier exposición debe ir dirigido a mover a la acción a los oyentes.
Para llevar a cabo este proceso, los directivos deben formarse y entrenar sus capacidades comunicativas. En este sentido, en el Grupo P&A ofrecemos el curso ‘Perfeccionamiento en Habilidades de Expresión Oral’ con el que los ejecutivos pueden profundizar en las estrategias de comunicación y prepararse para hablar bien en público, potenciando su imagen personal y el autocontrol.
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