¿Cómo eres? ¿Cómo te comportas a los demás? ¿Cómo te ven los otros? ¿Qué virtudes o defectos desconoces? El conocimiento de uno mismo es el primer paso para poder desarrollar las habilidades de comunicación de cualquier persona y el método Johari es una útil herramienta para descubrir todas las perspectivas del individuo.
Formulada por los psicólogos Joseph Luft y Harry Ingham, este sistema de psicología cognitiva es utilizado para analizar el proceso de comunicación de las personas desde el prisma del emisor y el receptor. De este modo, gracias al autoanálisis y a la retroalimentación recibida, podemos conocer de forma más profunda cómo interaccionamos con los demás.
¿En qué consiste este instrumento?
La también conocida como ventana de Johari segmenta la personalidad en cuatro cuadrantes o habitaciones:
- Área pública. Este grupo está compuesto por los rasgos, tanto positivos como negativos, que el sujeto conoce de sí mismo y que también son compartidos por el resto de personas con las que interactúa.
- Área ciega. Recoge los aspectos que los demás perciben respecto a nosotros, pero de los que no somos conscientes. ¿No te ha pasado que una persona te ha calificado de un modo totalmente inesperado y el resto de participantes en la conversación han respaldado su idea? No tiene por qué tener connotaciones negativas (pueden vernos como personas autónomas, por ejemplo, y no haberlo percibido), pero si es el caso, es conveniente realizar un esfuerzo por aceptar estas perspectivas sobre nosotros como el inicio del camino para modificar la conducta.
- Área privada. En el sentido inverso, se trata de aquellas características de las que somos conscientes pero que tratamos de esconder a los demás. La timidez o la envidia suelen asentarse en esta categoría, aunque también es posible que queramos esconder aspectos positivos; así, un joven que acaba de ascender a un alto cargo puede intentar aparentar su cercanía y amabilidad con el objetivo de tener más autoridad y ‘parecer’ un líder.
- Área desconocida. Cierran el diagrama las fobias, miedos, sentimientos reprimidos… que ni nosotros ni los demás nos atribuyen y que descansan en el subconsciente.
La aplicación del método Johari
El objetivo, en todo caso, es potenciar el área pública, puesto que los individuos en los que predomina este cuadrante tienen vidas más equilibradas, al mostrarse tal y como son.
Como explica Norberto Figueroa, si se logra construir un equipo donde todo el mundo está completamente abierto a los demás se puede trabajar de manera mucho más efectiva, se conocen todos mejor y existe una base sólida de confianza para poder funcionar de manera productiva, lo que ayuda a la gente a crear mejores relaciones. “Las personas que tienen un gran espacio abierto se comunican con honestidad y abiertamente con los demás y se llevan bien con el grupo. Por el contrario aquellas que tienen el área abierta pequeña, son más difíciles de abordar, parecen cerrados y con escasas habilidades de comunicación y, a menudo, no funcionan bien con los demás, porque no inspiran confianza”, apunta.
A nivel profesional, el método Johari contribuye al desarrollo de las habilidades de comunicación y habilidades blandas, como la escucha activa, la empatía o la cooperación interpersonal. Por ello, es muy empleado en la mejora de las relaciones verticales y horizontales que se dan en la compañía.
¿Cómo podemos conseguir que se amplíe nuestra área pública en detrimento de las otras zonas? Existen diversos mecanismos:
- Divulgación: dando a conocer cómo somos realmente, reduciremos la parte oculta de nuestra personalidad, esa que –hasta ahora- queríamos que pasase desapercibida.
- Retroalimentación: solicitando la opinión y comentarios del resto de compañeros, ampliaremos la zona pública al tiempo que se empequeñece la ciega, adquiriendo información sobre nosotros mismos que desconocíamos.
- Descubrimiento: a través de la interacción entre todos los integrantes del equipo se puede profundizar en las fortalezas y debilidades de las personas hasta el punto de descubrir características que habían permanecido en el área desconocida.
En este sentido, poner en práctica actividades basadas en la ventaja de Johari genera los siguientes beneficios:
- Permite identificar las fortalezas de cada persona, tanto conocidas como desconocidas por el profesional, permitiéndole reforzar estas capacidades.
- Contribuye al autoconocimiento de las debilidades de cada persona como punto de partida para corregir estas carencias.
- Impulsa la empatía entre los participantes, pues mejora el conocimiento sobre el resto de miembros de la actividad.
- Refuerza las relaciones entre los equipos y la cohesión del grupo, al profundizar en los distintos atributos de cada persona.
- Potencia el compañerismo y la confianza.
¿Cómo potenciar las habilidades de comunicación?
¿Cómo podemos conocer la conformación de nuestra ventana de Johari? Si queremos descubrir la coincidencia entre la imagen que tenemos de nosotros mismos y la que poseen los demás, podemos realizar un sencillo ejercicio grupal.
Se trata de escribir en un folio 5 características que mejor nos definan y solicitar a otras personas que hagan lo mismo sobre nosotros. Aquellos rasgos que coincidan con los que hemos aportado compondrán el área pública; los que citen los demás y no hayamos recogido nosotros conformarán el área ciega; y si hemos puesto alguno que no haya sido citado por los participantes se situará en el área oculta o privada.
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