Las empresas son cada vez más responsables y comprometidas con todos los grupos de interés, tratando de generar un impacto positivo a todos los niveles y dejar constancia de su empatía y ética en la sociedad. Como consecuencia, en los últimos años, empieza a coger fuerza la práctica del outplacement, es decir, la contratación de consultoras especializadas para facilitar la reubicación de los empleados que, por diferentes circunstancias, deben abandonar la compañía.
Si bien es cierto que estos programas de recolocación de personal son obligatorios en el caso de Expedientes de Regulación de Empleo, su uso se está convirtiendo en la actualidad en un ‘must-have’ de la gestión de RRHH en cualquier proceso de downsizing (fusiones, reestructuraciones, adquisiciones, ceses individuales, renuncias voluntarias…). En estos casos, la empresa que debe prescindir de parte de su personal, quiere ayudar a que este proceso –generalmente traumático para todas las partes- sea lo más positivo posible. De hecho, según los datos de Lukkap, los programas individuales de outplacement han pasado de representar el 38% a constituir el 50% del total de las acciones de recolocación.
¿En qué consiste el outplacement?
Esta técnica de reubicación laboral tiene como objetivo ayudar a cualquier empleado a que retome su actividad profesional tras tener que abandonar un puesto de trabajo. Como señala Luis E Pérez, CEO & Director de Operaciones en Human Capital Size, “el término outplacement corresponde a una serie de procedimientos de desvinculación programada o asistida, para la búsqueda de un nuevo empleo o reorientación a una nueva actividad profesional, con la finalidad de facilitar la reinserción de la persona en el mercado laboral”.
Para ello, las compañías contratan los servicios de consultoras de Recursos Humanos especializadas, responsables de esta reubicación laboral a través de un conjunto de técnicas, entre las que se encuentran:
- Empleo de una metodología amplia y contrastada sobre los mejores mecanismos y canales para encontrar trabajo.
- Realización de un coaching de acompañamiento emocional y de fijación de objetivos y apoyo a la consecución de los mismos.
- Análisis de oportunidades y posibles alternativas profesionales para el candidato.
- Desarrollo de sesiones de mentoring, aportando diferentes experiencias de reubicación en el mercado laboral y las mejores prácticas.
- Formación en la creación de marca personal y networking con los profesionales para incrementar sus opciones de retorno al mundo laboral.
¿Cómo funciona el outplacement?
En cuanto a la metodología que llevan a cabo las empresas especializadas en outplacement, este proceso habitualmente se descompone en las siguientes fases:
- Evaluación de la situación. El primer paso consiste en elaborar un plan de acción con la persona en el que se tengan en cuenta sus actitudes y aptitudes, dando asesoramiento también sobre cómo explotar al máximo sus fortalezas.
- Búsqueda de oportunidades. Analizado el perfil profesional del sujeto, la consultora y el interesado procederán a la búsqueda de vacantes laborales que encajen con sus características, concretando los puestos y empresas potenciales y las estrategias para visibilizar al candidato.
- Integración. El proceso también conlleva el estudio de otras alternativas profesionales para el trabajador, desde nuevas ramas de actividad hasta el autoempleo.
- Seguimiento. Tras la nueva contratación, el servicio de outplacement continúa con una fase de seguimiento de hasta un año para comprobar que el profesional se ha adaptado adecuadamente al nuevo puesto.
Ventajas para empresas y profesionales
¿Para qué sirve todo este proceso? Los programas de outplacement se convierten en una herramienta WintoWin que beneficia tanto a los trabajadores que han perdido su puesto de trabajo, como a las empresas responsables de esta reducción de personal, sea cual sea el motivo.
Así, para los empleados, los programas de outplacement les reportan las siguientes ventajas:
- Reducción de plazos. El principal beneficio de los planes de recolocación especializados es la disminución del tiempo de transición desde el cese hasta la nueva contratación, con las consecuencias económicas y emocionales que ello conlleva. En concreto, el periodo medio de reubicación se sitúa en los 5 meses, dato muy significativo si se compara con los 17,1 meses de media que en nuestro país tarda un desempleado en iniciar un nuevo proyecto profesional, según el XI Informe Lee Hecht Harrison sobre Outplacement.
- Mejora de la actitud. Al estar acompañados por expertos en la materia, que asesoran y guían a los profesionales durante el proceso de búsqueda de empleo, los desempleados se sienten más confiados y seguros de sí mismos, diluyendo la carga emocional negativa del proceso.
- Calidad en el empleo. Las consultoras no se limitan a buscar un nuevo puesto de trabajo para el desempleado, sino que a partir del estudio de sus capacidades, intereses y expectativas consiguen encontrar empleos que se adaptan a las preferencias de la persona.
Por su parte, las organizaciones que apuesta por el outplacemt como forma para mitigar el doloroso proceso de despido de una trabajador obtienen los siguientes efectos positivos:
- Minimizan el perjuicio reputacional que cualquier acción de downsizing provoca en la plantilla y la sociedad y mejora la imagen de marca.
- Mejoran el ambiente laboral del resto del personal que permanece en la compañía.
- Evitan los problemas legales que puedan generarse como consecuencia de un despido.
Desde nuestra experiencia de más de 10 años en programas de recolocación de profesionales, en el Grupo P&A hemos diseñado un programa de outplacement flexible y eficaz con el que transformar la visión del cese laboral como una situación crítica a una nueva oportunidad laboral.
hbspt.cta.load(1555896, ‘946b6997-a454-416e-8f98-0a54530bbbbe’, {});