Pensamiento analítico y conceptual. 7 claves para su uso

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Todos razonamos, pero no todos lo hacemos de la misma manera. Nuestra forma de pensar está sujeta a nuestras capacidades, educación, experiencias, prejuicios… No obstante, si queremos llegar a conclusiones acertadas existen diferentes fórmulas o procesos cognitivos para lograr superar estos filtros mentales. Una de ellas es el pensamiento analítico conceptual.

Pensamiento analítico: claves para su uso en la resolución de problemas

“El pensamiento analítico es reflexionar sobre lo que reflexionas, mientras reflexionas, para que tu reflexión sea menor”. Richard Paul

Aunque pueda parecer un trabalenguas, esta definición recoge la esencia del pensamiento analítico conceptual. Veamos qué es, cuáles son sus características y criterios y cómo aplicar este modelo de razonamiento a nuestro día a día.

Concepto de pensamiento analítico conceptual

El pensamiento analítico conceptual no es más que una de las diferentes formas de razonamiento para crear, regular o modificar nuestras ideas. Estas opciones son, según apunta José Moya Otero en Procesos cognitivos y tipos de pensamiento, “una invención social que hemos incorporado, en mayor o menor medida, a nuestra mentalidad; son construcciones sociales e históricas”.

Así, a la hora de afrontar un problema, cada uno de nosotros puede o debe -según las circunstancias y las metas que persiga- optar por una forma u otra de razonamiento. Habrá quien se decante por un estudio reflexivo, lógico, crítico o sistémico y quien prefiera elegir un método analógico, creativo, deliberativo o práctico.

Ahora bien, ¿qué diferencia al pensamiento analítico del resto de procesos cognitivos? En este sentido, Matthew Lipman, en El lugar del pensamiento en la Educación, entiende esta forma de razonamiento como un “pensamiento muy hábil y responsable que conduce a un juicio correcto, debido a que se basa en el contexto, se apoya en criterios y se corrige a sí mismo”.

En concreto, consiste en la división de una misma realidad en partes más pequeñas, claramente diferenciadas y homogéneas. El pensamiento analítico nos ayuda, según Moya Otero, a ‘encuadrar’ o ‘cuadricular’ la realidad para poder llegar a pensarla mejor. El objetivo, por tanto, es descomponer un asunto en secciones más asequibles para lograr las mejores conclusiones.

De este modo, se convierte en una técnica muy útil en un entorno complejo como el empresarial, especialmente en la resolución de problemas, el desarrollo de nuevas ideas o la reflexión sobre las experiencias del pasado y del presente. De ahí que los líderes deban conocer y saber aplicar este tipo de pensamiento.

Características del razonamiento analítico conceptual

Según Aprender a pensar: pensamiento analítico para estudiantes, de Gerald M. Nosich, el pensamiento conceptual se caracteriza por los siguientes elementos:

  • Es reflexivo: implica reflexionar sobre el propio pensamiento.
  • Está normalizado: el razonamiento se desarrolla sobre una serie de fases, normas o criterios.
  • Es auténtico: se centra en la resolución de problemas y cuestiones reales.

Criterios de aplicación de la metodología

En cuanto a los criterios del pensamiento analítico conceptual, debemos guiarse por las siguientes pautas a la hora de buscar una solución a un problema o hecho:

  • Claridad: el resultado debe ser comprensible para cualquier  persona.
  • Exactitud: el proceso debe estar libre de errores o distorsiones y toda la información y conclusiones deben ser ciertas.
  • Precisión: el razonamiento tiene que contener el nivel de detalles necesarios.
  • Relevancia: debe enfocarse a la resolución del asunto en cuestión.
  • Profundidad: en el proceso deben existir complejidades y múltiples interrelaciones entre los hechos estudiados.
  • Amplitud: debe englobar múltiples perspectivas.
  • Lógica: las partes tienen sentido como un todo, sin que existan contradicciones entre ellas.
  • Significado: debe enfocarse en lo más importante, en el propósito final, no en aspectos triviales de la cuestión.
  • Imparcialidad: se basa en argumentos objetivos que se pueden justificar.

Las 7 fases del proceso analítico conceptual

Además, como técnica normalizada, el proceso analítico está sujeto a una serie de fases. En concreto, según la guía  Los fundamentos del pensamiento analítico, escrita por Linda Elder y Richard Paul para The Foundation for Critical Thinking, el pensamiento analítico conceptual consta de los siguientes pasos:

Paso 1: Definir el propósito y los objetivos

¿Qué queremos lograr? El primer paso del proceso consiste en determinar cuál es nuestro propósito u objetivo, es decir, lo que deseamos conseguir y los motivos e intenciones que nos impulsan, así como las preguntas claras y precisas que envuelven a la problemática en cuestión.

Es importante ser conscientes de que las personas somos reacias a reconocer los problemas, por lo que la pregunta o problema real suele estar escondido u oculto. Como señala la guía mencionada, “necesitamos valor intelectual para traer los problemas y asuntos reales a la superficie”.

Paso 2: Recopilar información

Para dar respuesta a estas cuestiones, es necesario que recojamos todos los hechos, datos, evidencias y experiencias posibles. 

Paso 3: Prestar atención a las inferencias

Las inferencias, según Elder y Paul, son “interpretaciones o conclusiones a las que llegamos a partir de una evidencia lógica sobre hechos implícitos”.

Por eso debemos prestar atención a la información que falta sobre un asunto, especialmente la que pueda originar autoengaño o contradicciones, pues solemos buscar la información que sustenta nuestras creencias y obviar aquella que las pone en duda                      ( “Disonancia cognitiva ” de Festinger).

Paso 4: Verificar las suposiciones

Para llegar a conclusiones libres de injerencias personales, es esencial analizar las creencias que damos por sentado y que operan en el subconsciente y cerciorarnos de que están justificadas también por una evidencia sólida.

Paso 5: Clarificar los conceptos

Del mismo modo, también debemos reflexionar y razonar sobre las ideas, principios o hipótesis que empleamos para dar sentido a cualquier hecho. No olvidemos que el origen de los fallos en el proceso se produce, en general, por basarse en suposiciones falsas.

Paso 6: Comprender el punto de vista

¿Cuál es nuestra forma de ver el problema? Cada persona percibe la realidad bajo su perspectiva, y el pensamiento analítico conceptual requiere de un esfuerzo por ser consciente de cuál es la nuestra y qué otros puntos de vista existen sobre el mismo asunto, para evitar distorsiones.

“Una de las características del pensador crítico es su capacidad para considerar cualquier punto de vista y luego cambiar su punto de vista cuando las evidencias lo exijan”, señala el trabajo.

Paso 7: Pensar en las implicaciones

Se trata de adelantar qué consecuencias -posibles y probables- va a provocar nuestra decisión una vez que se ejecute, tanto de forma directa como colateral.

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