La innovación es una herramienta esencial en las empresas del siglo XXI. El mercado se mueve a un ritmo vertiginoso y solo aquellas que consigan pensar fuera de la caja, solventar problemas futuros y crear nuevas realidades que rompan con los convencionalismos podrán mantener su posición predominante en un mundo globalizado.
Pero ¿cómo conseguirlo? Existen distintas metodologías que contribuyen a fomentar la creatividad y capacidad de innovación de los equipos. Una de ellas es el modelo TRIZ.
Origen de la metodología TRIZ
Su nombre procede de las iniciales de “teorija rezhenija izobretatelskih zadach”, una expresión de origen ruso que significa “teoría para resolver problemas de forma inventiva”, y su origen se remonta a mediados del pasado siglo, cuando el ingeniero Genrikh Altshuller desarrolló esta metodología tras estudiar, junto a otros colegas, alrededor de un millón y medio de patentes tecnológicas y descubrir que existen ciertas pautas coincidentes o principios de invención para dar respuesta a los obstáculos generados durante el proceso creativo.
De este modo, la metodología TRIZ, explicada en el libro The Innovation Algorithm: TRIZ, Systematic Innovation and Technical Creativity, permite encontrar soluciones innovadoras tanto a nivel de procesos, como de servicios o de productos, por lo que su aplicación en la actualidad está muy extendida en el ámbito empresarial, siendo usada por grandes compañías como Ford Motors, Nokia, General Dynamics, Mobil Oil o Procter & Gamble.
Ventajas del modelo
Aplicar la metodología TRIZ contribuye a pensar fuera de la caja y salir de la zona de confort, generando los siguientes beneficios en la organización:
- Encontrar soluciones a problemas a través de la aplicación de principios de invención estandarizados.
- Dirige al profesional hacia los recursos necesarios para resolver la contrariedad, le permite encontrar la fuente del conocimiento adecuada para dar con una respuesta.
- Posibilita predecir diferentes opciones para solucionar un problema.
- Propicia la creatividad e innovación al conseguir conclusiones que surgen tras pensar fuera de la caja.
- Contribuye a la reducción de costes y mejora de la calidad de los productos, servicios o procesos.
Funcionamiento de TRIZ para pensar fuera de la caja
La clave del éxito de esta forma de pensar fuera de la caja radica en que centra su enfoque en la aplicación de soluciones análogas existentes en cualquier ámbito a problemas concretos a través de un proceso estructurado y lógico.
Para ello, el modelo TRIZ parte de la diferenciación entre dos tipos de problemas:
- Los que tienen una solución conocida, es decir, que pueden superarse a partir de información existente.
- Los que tienen una solución desconocida y que suelen generar más problemas durante su resolución.
La mayoría de las personas utilizan un sistema preestablecido por el cerebro a la hora de buscar soluciones a los problemas, de modo que si carecen de las habilidades técnicas o el conocimiento en ese ámbito, son incapaces de hallar una solución. Sin embargo, puede que, aunque no lo sepamos, la solución a nuestro problema ya haya sido creada en otro campo.
Según la investigación de Altshuller, en torno al 77% de los obstáculos pueden ser superados por el conocimiento personal del profesional o de la empresa, mientras que el 18% requiere acudir a información existente dentro del sector y el 4%, fuera del propio ámbito de actividad. El 1% restante es calificado por el científico como “descubrimiento”.
Para encontrar una solución en cualquier de estos casos, la metodología TRIZ incorpora un amplio abanico de herramientas analíticas, basadas en el conocimiento y psicológicas que facilitan la puesta en práctica de este modelo de resolución de los problemas.
En el Grupo P&A, consultora especializada en liderazgo y gestión de Recursos Humanos con más de 20 años de experiencia, contamos con formación práctica en esta imprescindible metodología de localización y resolución de los problemas técnicos durante el proceso de innovación.
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