El 69% de los profesionales admiten que su trabajo influye en su salud, según el estudio Toxic Workplaces As a Factor in the Reduction of the Quality of Work Life. Por ello, los trabajos tóxicos pueden generar graves consecuencias en el bienestar de los empleados y, como consecuencia, en la productividad de la compañía. ¿Cómo pueden los líderes detectar estas situaciones?
Los trabajos tóxicos y su impacto
Los trabajos tóxicos pueden definirse como aquellos ambientes laborales marcados por la existencia de un drama significativo y de luchas internas, donde, con frecuencia, las batallas personales dañan la satisfacción y la productividad del personal.
En palabras de Thomas W Colligan y Eileen M Higgins, autores de Workplace Stress: Etiology and Consequences, la toxicidad, en el ámbito laboral, supone “ cambios en el estado físico o mental de una persona como respuesta a su lugar de trabajo, que le plantea un desafío claro o una amenaza para su bienestar ”.
Estas circunstancias generan diversos efectos negativos para los trabajadores, hasta tal punto que el 61% de los empleados considera que el estrés laboral les ha generado alguna enfermedad y en el 7% de los casos han tenido que ser hospitalizados. El profesor Jeffery Pfeffer, profesor de la Universidad de Standford y autor de Dying for a Paycheck, estima que 120.000 muertes al año en Estados Unidos pueden atribuirse a dicha toxicidad en el trabajo.
Pero junto a los efectos en la salud del capital humano, los trabajos tóxicos también influyen muy negativamente en el buen funcionamiento de la empresa, ya que una plantilla insatisfecha conlleva un descenso en su compromiso, su rendimiento y, por tanto, en el deterioro de los resultados de la compañía. De ahí que los directivos deban prestar atención a los ambientes de trabajo en sus organizaciones, fomentando climas laborales positivos que alejen al personal de situaciones con trabajos tóxicos. Como plantea Alan A. Cavaiola en The Toxic Workplace, “el trabajo puede no ser divertido pero tampoco debería ser castigador o degradante, ¿verdad?”.
Indicios de los trabajos tóxicos
Los trabajos tóxicos pueden adoptar numerosas formas, desde la existencia de un acoso expreso hasta situaciones en las que el empleado no se siente valorado. ¿Cómo podemos saber si estamos ante un ambiente de trabajo tóxico? Estas son algunas señales que evidencian diferentes circunstancias de trabajos tóxicos:
- Los empleados no se sienten integrados en la compañía. El compromiso de un profesional con la organización es uno de los principales parámetros que denotan la satisfacción laboral. Por ello, cuando los trabajadores no se sienten parte de la empresa y rechazan los valores, políticas o funcionamiento de la misma, pensando incluso en abandonarla, es un indicio de que estamos ante trabajos tóxicos.
- El trabajo absorbe la vida personal del capital humano. Paradójicamente, un exceso de compromiso laboral tampoco representa una situación saludable. Es decir, si el empleo está acaparando todo el tiempo de los empleados, eliminando su vida personal, estaremos también ante un caso de toxicidad en el trabajo, pues, como pone de manifiesto una investigación llevada a cabo a través de Happify, la satisfacción en el trabajo está influenciada por dos factores principales: tener una vida fuera del trabajo y tener el dinero para pagarla.
- Los profesionales se muestran confundidos respecto a su rol en el trabajo. Sufrir conflictos de rol y sentirse desconcertados sobre cuáles son sus funciones dentro de la empresa es otra señal de los trabajos tóxicos.
- Consideran que la organización es disfuncional. Obviamente, cualquier empresa puede mejorar sus procesos y métodos, pero si la opinión generalizada es que el funcionamiento de la compañía es caótico, es posible que también estemos ante trabajos tóxicos. Considerar las reuniones como una pérdida de tiempo, que los proyectos no llegan a buen puerto o que la metodología es engorrosa e ineficaz son algunos reflejos de esta circunstancia.
- Si el trabajo altera la idea de normalidad en las personas. Si percibimos que los valores y principios de los empleados empiezan a cambiar, influenciados por las prácticas que se llevan a cabo en la organización, debemos plantearnos si estamos ante un trabajo tóxico.
- La plantilla se muestra desmotivada. Otro de los elementos que mejor evidencian que estamos ante trabajos tóxicos viene expuesto por el hecho de que los trabajadores se sienten completamente desmotivados con lo que hacen y creen que acudir a su puesto cada día supone un suplicio.
- Mala comunicación organizacional. La fluidez de la comunicación dentro de una empresa es imprescindible para generar un buen ambiente laboral y potenciar el desempeño. Sin embargo, cuando la compañía adolece de esta comunicación se propicia la aparición de estrés e insatisfacción entre los empleados. Como señala Juan Armando Corbin, en el artículo Trabajos tóxicos: 11 señales que indican que tienes un empleo basura, “una comunicación pobre es sinónimo de un trabajo tóxico”.
- No existe conexión entre el jefe y los subordinados. Las malas relaciones personales entre superiores y empleados es uno de los principales factores que generan situaciones tóxicas dentro de la empresa. De hecho, según el estudio ¿Por qué se van?, del Future For Work Institute, el 45,2% de los profesionales abandonan sus puestos de trabajos por motivos relacionados con su jefe directo.
- Malas relaciones con los compañeros de trabajo. Junto al jefe, los vínculos entre los compañeros de trabajo también pueden enturbiar el ambiente laboral y convertirlo en un caso de trabajos tóxicos. Como evidencia la investigación State Of The American Workplace, llevada a cabo por Gallup, tener amigos en la oficina aumenta la satisfacción laboral en un 50%, pero cuando las relaciones no son positivas, estos datos se invierten, provocando una caída de la felicidad y el desempeño, aumentando los conflictos internos y los índices de estrés de la plantilla.
- Existe un ambiente laboral negativo. Es posible que no se detecte ningún problema concreto a nivel individual entre los compañeros, pero el propio ambiente laboral puede reflejar una situación tóxica. Continuos cotilleos entre empleados, disputas internas, falta de compañerismo, constantes malentendidos o favoritismo son algunas características de los trabajos tóxicos.
- Casos de mobbing. Cuando estas relaciones personales desembocan en casos de mobbing, es decir, acoso psicológico dentro de la empresa (ya sea a nivel horizontal o vertical), estamos ante un claro ejemplo de trabajos tóxicos.
- Se ofrecen pobres condiciones laborales. El exceso de trabajo, los salarios extremadamente bajos, la precariedad en los contratos, etc. son también elementos que conforman los trabajos tóxicos. Es posible que los empleados hayan aceptado esas condiciones debido a su situación personal, pero estas circunstancias generan una sensación de presión, estrés y desmotivación que conlleva síntomas perjudiciales para cualquier profesional a nivel personal y laboral.
- Advertencias continuas sobre” lo afortunados que son los profesionales por el empleo”. Un farolillo, rojo respecto a los trabajos tóxicos, es cuando el superior insiste en lo contentos que deben sentirse los empleados por tener trabajo, pues este recordatorio no es más que una advertencia para que se mantengan en esa zona de confort, y refleja un comportamiento excesivamente controlador respecto al capital humano.
- No hay posibilidades de crecimiento. El desarrollo profesional es uno de los puntos que más valoran los trabajadores respecto de sus empresas, de modo que, si la organización no ofrece opciones de crecimiento, es probable que se generen situaciones de toxicidad.
- Alto índices de estrés y burnout. Una de las consecuencias de trabajar en ambientes tóxicos es la aparición de niveles de estrés excesivos que causan el llamado síndrome de burnout de los empleados.
Ahora bien, para confirmar si el ambiente de trabajo de una empresa es positivo o no, los directivos tienen a su disposición herramientas de evaluación que les revelarán el índice de satisfacción y compromiso de la plantilla. Desde el Grupo P&A, consultora con dos décadas de experiencia en Liderazgo y Gestión de Recursos Humanos, ofrecemos un servicio de assessment , con el que conocer en qué punto se encuentra la compañía y cómo mejorar la situación para aprovechar al máximo el potencial del capital humano.
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