El 62% de las empresas disponen en la actualidad de un plan de capacitación y desarrollo de empleados, según el III Barómetro sobre la Gestión del Talento en España, elaborado por DCH. Ahora bien, el ROI de la formación no es igual en todas ellas.
De hecho, el 80% de los directivos admiten que los programas de formación de sus empresas necesitan mejoras, de acuerdo con el informe Talent Edge 2020: Blueprints for a New Normal, de Deloitte. No obstante, existe un 20% que consigue efectivos planes de capacitación y desarrollo de empleados que puede servirnos de inspiración para nuestras compañías.
¿Cuáles son estas prácticas ‘best-in-class? El estudio indaga en las pautas que llevan a cabo estas organizaciones, permitiéndonos hacer benchmarking y adaptar estos casos de éxito a nuestra plantilla:
- Consciencia. La primera premisa que rige a este grupo es que las compañías son conscientes de la importancia de implementar programas de capacitación y desarrollo de empleados. Tanto es así que 42% de los directivos encuestados seleccionó este punto como su “preocupación más apremiante”.
- Propuesta de valor. En estos casos, los programas formativos son concebidos como el punto de partida de la carrera profesional de los trabajadores, ofreciendo nuevos retos y desafíos a los colaboradores con los que poder crecer a nivel laboral.
- Alineación de objetivos. Otro punto en común de estas organizaciones es que han sabido alinear los programas formativos con los objetivos estratégicos de la compañía. En concreto, tres de cada cuatro empresas con sobresalientes planes de capacitación y desarrollo de empleados califican como excelente su vínculo entre metas corporativas y de impulso del talento.
- Concreción de competencias diferenciadoras. A su vez, el fomento del talento no se limita a ofrecer formación de forma aleatoria, sino que se centra (en el 51% de los supuestos) en desarrollar habilidades críticas de los profesionales, especialmente en aquellos campos en los que existe o se prevé ausencia de perfiles cualificados.
- Impulso del liderazgo. En estos casos de éxito, los planes de capacitación y desarrollo de empleados incluyen, como parte de esas competencias diferenciadoras, programas de identificación y potenciación del liderazgo.
- Visión global. En las empresas ‘modelo’, los responsables de confeccionar los planes de gestión del talento se basan en un enfoque del mercado global como prioridad estratégica principal.
- Búsqueda sin fronteras. Por ello, dichos planes van dirigidos a una fuerza laboral globalmente diversa, con la gran variedad de demandas, necesidades y expectativas que ello supone.
- Adaptación generacional. En relación con el punto anterior, otra pauta que podemos trasladar a nuestra organización es tener en cuenta las diferencias generacionales que presentan los diferentes profesionales, adaptando las acciones formativas a las necesidades de cada grupo de edad.
- Enfoque de diversidad. Las políticas de capacitación y desarrollo de empleados de estos ejemplos empresariales aplican un enfoque de diversidad, abordando parámetros como el género, las áreas competenciales o la personalidad de cada trabajador a la hora de diseñar las medidas formativas.
- Transformación tecnológica. La tecnología también juega un papel esencial en la eficacia de los planes de capacitación y desarrollo de empleados, pues el 61% de las mejores empresas en este ámbito han implementado herramientas digitales para facilitar el aprendizaje.
- Excelente comunicación. La fluidez de la comunicación entre la Dirección y el capital humano es otra de las notas características de este grupo selecto de organizaciones.
- Cuidado del reclutamiento. El proceso para constituir planes de capacitación y desarrollo de empleados efectivos empieza en el mismo momento de la selección de personal. Por un margen de dos a uno, las compañías que conforman ese 20% también desarrollan buenas prácticas en reclutamiento y atracción del talento.
- Medición de resultados. Al mismo tiempo, los ´best-in-class´en la mejora de las competencias del personal incorporan procesos de medición basados en KPIs de rendimiento.
- Planes de retención. Por último, las empresas con buenas políticas a nivel de capacitación disponen en el 79% de los casos de un plan de retención del talento que se encuentra en vigor.
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