Este tipo de coaching se concentra en personas que ya dispongan de una dilatada experiencia en gestionar personas, pero que estén ahora interesadas en alcanzar un nuevo nivel en cuanto a su rendimiento. El coach ejecutivo será capaz de mejorar en su papel como directivo, obtendrá una mejora paralela en su nivel de vida y crecerá como profesional para que le resulte más sencillo obtener triunfos en compañía de su equipo.
La creación de mejores ejecutivos
Si en algo beneficia el coaching ejecutivo a las empresas es en proporcionarles mejores trabajadores que tienen capacidad desde las altas instancias de lograr después equipos de trabajo más sólidos. Con este coaching, los ejecutivos llegan a mejorar sus habilidades o aprender nuevas técnicas que hagan su día a día más sencillo. La eficacia crece de forma considerable en todos los sentidos y se aprende no solo a estar preparados para el éxito, sino también para saber cómo reaccionar ante posibles fracasos. Estos ejecutivos que atraviesan un proceso de coach ejecutivo con éxito, pueden ayudar al desarrollo de su empresa con la obtención de nuevos logros y mejorar al mismo tiempo su presencia en la misma. Con este tipo de coaching los ejecutivos dibujan un camino a seguir lleno de optimismo que luego se esfuerzan en lograr y a través el cual también interactúan con sus empleados y los demás miembros que pueden estar dentro de su entorno de trabajo.
Al formar estos ejecutivos más preparados, se da un punto de apoyo para que los líderes lleguen a estar más cerca de tener el tipo de equipo con el que siempre han soñado. También es un coaching que acerca a los ejecutivos a mejoras en sus puestos de trabajo y a alcanzar unos niveles de satisfacción superiores.
Aplicando este coaching en la empresa
Los ejecutivos que ya han pasado por un proceso de aprendizaje mediante este coaching han pulido sus habilidades y están en posición de llegar a sus empleados con mayor eficacia. A partir de ahí, se abre un nuevo campo de posibilidades a transmitir una mejor forma de enseñar y acompañar a los empleados en su día a día. Resulta más fácil instruir en ellos técnicas de trabajo que pueden ser muy beneficiosas para ellos, como el dominio de lo necesario para saber cuándo priorizar determinadas tareas. Al mismo tiempo, se supervisa el desarrollo de aptitudes y la capacidad que tienen los miembros del equipo para ser capaces de adoptar nuevas responsabilidades dentro del ámbito laboral. Todo ello, fomentando la motivación del equipo, algo que el coach ejecutivo pone por encima de otras prioridades por medio de distintas técnicas. Por ejemplo, la delegación de responsabilidades o la creación de equipos de trabajo más eficientes que puedan aprovechar sinergias para alcanzar sus objetivos mejor que de una manera individual.
Los beneficios del coaching ejecutivo van tan lejos que pueden ser lo que haga que una empresa obtenga la plantilla que de verdad merece por el talento que suman todos sus trabajadores. El desarrollo del personal a veces necesita que un líder esté capacitado para hacer ver a todos los miembros del equipo que se encuentran a su cargo que son capaces, por potencial y habilidad, de llegar mucho más lejos. Para ello se fomenta el trabajo en equipo, se resuelven posibles problemas que hayan podido aparecer y se realizan mejores procesos de planificación.
Partiendo de este tipo de aprendizaje el coaching ejecutivo se puede aplicar en un total de cuatro direcciones distintas igual de beneficiosas entre sí: mejora de habilidades, de rendimiento, de desarrollo y de aptitud personal. En el último caso se refuerza la propia vida de ejecutivo, con la intención de lograr que su día a día esté más equilibrado a fin de que esto luego se refleje en la forma en la que ayude al resto del equipo. El coaching de mejora de habilidades le dará al ejecutivo más conocimientos y técnicas, mientras que el de rendimiento le hará más capaz, lo que se extenderá a sus empleados. En último caso, el coaching para desarrollo le preparará para nuevos retos y hará que esté más enfocado a la llegada de cambios en la estructura de la empresa.
Este es un tipo de coaching que define muy bien un pensamiento de John F. Kennedy:
«El esfuerzo y el coraje no son suficientes sin propósito y dirección».
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