
Entrevista a Gloria del Río, responsable del Área de Selección, Evaluación y Outplacement en Grupo P&A.
Hace poco tuvimos la oportunidad de sentarnos con Gloria del Río, consultora senior y responsable del Área de Selección, Evaluación y Outplacement en Grupo P&A. Con más de 20 años de experiencia ayudando a profesionales a reinventarse en sus procesos de transformación laboral y personal, Gloria nos explica cómo el outplacement se ha convertido en una herramienta esencial para gestionar las transiciones laborales de manera responsable y humana, especialmente en tiempos de cambios rápidos y frecuentes dentro de las organizaciones.
Las decisiones difíciles, como las reestructuraciones o los ajustes de plantilla, son parte de la realidad de muchas empresas. Y ante estos escenarios, surge una pregunta crucial: ¿Cómo cuidar a las personas cuando toca decir adiós? Para Gloria, el acompañamiento durante estas transiciones es mucho más que un servicio profesional; es una oportunidad para crecer, tanto para el trabajador como para la empresa.
¿Cómo definirías el outplacement y qué lo hace tan necesario hoy en día?
El outplacement no es solo un servicio de acompañamiento profesional. Para mí, es una herramienta fundamental que ayuda a las personas que dejan una empresa a reconectar con su potencial y reincorporarse con confianza al mercado laboral. En un contexto de cambios rápidos y constantes, donde las decisiones de reorganización son casi una rutina, este apoyo ayuda a afrontar la transición con claridad, con las herramientas necesarias y, lo más importante, con una confianza renovada. Además, no es solo una ayuda para quien se va, también tiene un impacto muy positivo en la empresa, ya que protege su reputación y mantiene un buen clima interno.

Grupo P&A lleva más de 25 años acompañando a personas y organizaciones. ¿Qué aporta esa trayectoria a vuestros programas de outplacement?
La experiencia marca una diferencia enorme. Con el tiempo, hemos logrado entender profundamente el mercado laboral y las dinámicas de sectores clave como automoción, alimentación, pharma y tecnología, entre otros. Esto nos permite anticiparnos a las necesidades de cada empresa y adaptar nuestros programas con agilidad. Y a medida que el mercado ha evolucionado, hemos incorporado nuevas herramientas, redes de contacto y más. Pero lo más importante es que esta experiencia nos ha permitido entender que el acompañamiento debe ir más allá de las habilidades profesionales: debe ser también un proceso de crecimiento personal. Por eso, en Grupo P&A no solo nos centraremos en que la persona consiga un nuevo empleo, sino que también acompañamos su transformación interna.

¿Cómo ha evolucionado el programa de outplacement ante los nuevos desafíos del mercado laboral?
El mercado ha cambiado profundamente en los últimos años. Hoy hablamos de automatización, digitalización, trabajo híbrido y nuevos roles vinculados a la sostenibilidad, análisis de datos o ciberseguridad. También han cambiado las formas de buscar empleo y acceder a las oportunidades: LinkedIn, el networking digital o la inteligencia artificial aplicada a la selección son solo algunos ejemplos. Todo esto nos obliga a evolucionar como programa y como consultores.
En Grupo P&A, hemos integrado nuevas herramientas, evaluaciones online, simulaciones y, sobre todo, un enfoque mucho más estratégico. Ya no basta con ayudar a rehacer un CV: ahora ayudamos a reinterpretar el valor profesional en un mercado globalizado y en constante transformación. La clave está en combinar nuestra experiencia con el conocimiento actualizado.
¿Cómo impacta esto en el trabajo de los consultores?
Nuestro equipo debe estar en constante formación. Evaluamos nuevas competencias, analizamos tendencias de empleabilidad y estamos en contacto con empresas de múltiples sectores. Esto nos permite orientar mejor a cada participante. Pero hay algo que, curiosamente, permanece constante a lo largo de los años: el impacto emocional del cambio. Por eso, el acompañamiento humano, cercano y empático sigue siendo el corazón del programa. A pesar de todos los avances tecnológicos, el acompañamiento personal sigue siendo crucial. Al final, acompañamos no solo una transición profesional, sino también un proceso de crecimiento emocional.

¿Qué opinan los participantes sobre vuestra intervención?
Las valoraciones que recibimos son muy positivas, tanto en lo emocional como en lo práctico. Muchos de los participantes destacan que el programa les permitió parar, reflexionar sobre su trayectoria y redescubrir sus fortalezas. Para muchos, es un proceso de transformación personal. No solo ganan confianza profesional, sino que también recobran la seguridad en sí mismos. Eso es lo que más valoran: el acompañamiento constante y el enfoque humano con el que trabajamos. Es muy gratificante ver cómo las personas que han pasado por el programa no solo encuentran un nuevo trabajo, sino que también encuentran un nuevo sentido a su carrera y, a veces, a su vida.
¿Y para la empresa? ¿Cuál es el valor añadido?
Una desvinculación bien gestionada reduce la conflictividad, transmite compromiso y protege la marca empleadora. Internamente, genera confianza y demuestra que la empresa se preocupa por sus equipos más allá del contrato. Además, facilita la negociación y mejora el clima durante procesos que, de otro modo, pueden ser muy duros para todos los implicados. Es un beneficio mutuo: la empresa cuida a sus empleados y, a su vez, cuida su propia reputación.
Un viaje compartido: lo que me enseñan los candidatos
Cada proceso de outplacement es un nuevo reto porque cada persona llega con circunstancias, creencias, valores y experiencias únicas. Acompañarles implica mucho más que aplicar una metodología: es aprender a navegar con ellas por un momento delicado, con respeto, empatía y, a veces, mucha paciencia.
He descubierto que no solo acompaño: también aprendo. Estas experiencias me enriquecen como profesional, pero sobre todo como persona. Reflexiono con ellos, me emociono con sus avances, celebro sus logros. Y algo muy bonito: sigo en contacto con muchos de ellos. Porque el vínculo que se crea en un momento tan crucial no desaparece; deja huella. Podría decir que cada historia me deja una lección de vida. Y eso, sin duda, da sentido profundo a lo que hago cada día.

¿Una última reflexión para cerrar?
Acompañar bien es, sin duda, liderar bien. Cuando cuidamos cómo decimos “adiós”, estamos reforzando nuestra cultura, nuestra marca y nuestro compromiso con el talento. El outplacement no es solo un proceso de acompañamiento profesional; es una verdadera declaración de principios que habla de cómo una empresa valora a sus equipos, incluso cuando las circunstancias cambian. Y es precisamente cuando lo hacemos con autenticidad, con alma, que conseguimos que este proceso marque una diferencia real.