Toda empresa puede llegar a encontrarse con un bloqueo, un obstáculo que no le permita avanzar ni alcanzar un volumen de metas suficientemente elevado. Son momentos complejos en los que los líderes tienen que tomar una decisión sobre qué medidas adoptar para poder avanzar superando esos obstáculos. En este tipo de situación hay opciones por las que se puede optar, y una de ellas es la formación. Con ella, lo que podría parecer una situación insalvable es posible que se convierta en un nuevo amanecer, un comienzo totalmente distinto para seguir trabajando de una manera renovada.
Un equipo que se queda atrás
Este tipo de situación se puede apreciar en multitud de sectores, pero como ejemplo partiremos de un tipo de empresa tan moderna y actual como una desarrolladora de aplicaciones. Es un tipo de negocio relativamente nuevo, que ha alcanzado su plenitud en los últimos cinco años, pero que se ha encontrado con un sector que obliga a sus profesionales a evolucionar de manera constante. Así que es el caso ideal para ejemplarizar el lugar de la formación, de manera que sea fácil comprenderlo.
Durante los últimos años, los desarrolladores de esta empresa han creado aplicaciones basadas en la nube, utilizando gráficos avanzados, y sacando el máximo partido a las conexiones sociales. Han estado actualizándose, desde luego, pero en meses recientes han visto que sus clientes comienzan a pedirles otro tipo de apps. Ahora lo que les demandan son aplicaciones adaptadas a la realidad virtual. La expansión de dispositivos como Samsung Gear y Oculus han provocado que cambie la tendencia y que ellos tengan que ponerse al día. Al no poder responder a las demandas de sus clientes, sus ingresos han caído y su clientela ha ido contactando con sus competidores. Y eso, poco a poco, les ha dejado en una posición complicada.
Ante esta situación la empresa debe tomar una decisión. Lo que está claro es que despedir a toda la plantilla y cambiarla por una que pueda afrontar la nueva demanda no es una opción. Si todas las empresas tuvieran que someterse a ese cambio el sector profesional sería un absoluto caos. Ante ello hay que decidir invertir en un plan de formación.
Formación acelerada para volver al buen rumbo
Bajo este tipo de caso lo que tiene que hacer la empresa es analizar su situación, examinar el momento por el que pasa el mercado, valorar pros y contras, así como tratar de pronosticar cuáles serán los cambios futuros. Es importante realizar un estudio exhaustivo que no deje ningún detalle en el aire, puesto que esto podría llevar a que se produzcan inconvenientes futuros añadidos. Antes de tomar una decisión acelerada, algo que no se recomienda, el estudio tiene que ser máximo. Y solo una vez que se haya planificado una buena estrategia habrá que actuar en consecuencia, nunca antes.
El plan de formación que se estipule debe ser beneficioso no solo para la empresa, sino también para el equipo. Hay que tratar de alterar el ritmo diario en la menor medida de lo posible, pero dedicando un espacio de tiempo a que los empleados se formen de manera adecuada. Contar con profesionales que puedan impartir clases maestras ayudará a que la empresa recupere el rumbo cuanto antes. Y en un mercado tan competitivo como el de nuestro ejemplo, hay que asegurarse de que se vuelva a ser operativos lo antes posible. Estos procesos de formación se pueden organizar en grupos o realizarlos de manera simultánea para los distintos departamentos, dependiendo de las variabilidades organizativas de la compañía y de lo que sea más conveniente para ahorrar recursos.
Una vez aprendidos del error, los responsables de la empresa tendrán que comenzar a planificar y pensar a largo plazo los procesos de formación que ,de forma constante, mantengan a sus empleados actualizados en las últimas tendencias en desarrollo de las apps. De esta forma, nunca se volverán a encontrar en una situación tan precaria como esta. Por lo tanto, hay que cambiar el chip y asimilar que la formación no es algo por lo que se apueste de manera aislada, sino que tiene que estar integrada en el día a día de la empresa de una manera ordinaria.
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