Es muy probable que hayas escuchado este término con asiduidad, pues firmas como Apple, Airbnb, Google o Zara llevan años empleando el pensamiento de diseño o design thinking en la empresa por los grandes resultados que este método genera en los negocios.
5 pasos para aplicar el design thinking en la empresa
De hecho, según el estudio Parts Without a Whole? The Current State of Design Thinking Practice in Organizations, elaborado en 2015 por el Hasso Plattner Institute, las compañías que han usado esta técnica admiten que ha mejorado la cultura de trabajo, los procesos de innovación son más eficientes, los usuarios están más implicados y los costes se han reducido.
¿En qué consiste esta nueva herramienta de innovación?

Concepto de design thinking

El design thinking surge en la Universidad de Standford (California), en la década de los 70, como una nueva metodología para generar ideas innovadoras, basada en el sistema empleado por los diseñadores –de ahí el nombre-.
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En este sentido, Tim Brown, autor de Change by Design e impulsor del concepto de design thinking en la empresa, define este instrumento como “una disciplina que usa la sensibilidad y métodos de los diseñadores para hacer coincidir las necesidades de las personas con lo que es tecnológicamente factible y con  una estrategia viable de negocio, se puede convertir en valor para el cliente y en una oportunidad para el mercado”.
Es decir, el sistema se centra en comprender a los usuarios y solucionar sus necesidades, implicando a los mismos en este proceso resolutivo, de tal forma que se aumentan las probabilidades de que la experiencia final será positiva. Se trata, en definitiva, de equilibrar la deseabilidad de un producto, con la viabilidad técnica y económica del mismo.
Como señalan Manuel Serrano y Pilar Blázquez en Design thinking: lidera el presente, crea el futuro, esta metodología es “una manera de resolver problemas reduciendo riesgos y aumentando las probabilidades de éxito”. De ahí que, en los últimos años, el design thinking en la empresa haya ganado popularidad, gracias a su capacidad para generar soluciones innovadoras y eficientes que abarcan desde el desarrollo de productos de nuevos productos o servicios, hasta la creación de modelos de negocios o de mejora de procesos.

El proceso del Design Thinking en la empresa

El design thinking se basa en el empleo de las inteligencias múltiples de los profesionales, es decir, propicia el pensamiento divergente, la capacidad de explorar ideas y limitaciones  para crear nuevas soluciones.
Ahora bien, ¿cómo se lleva a cabo el proceso de design thinking en la empresa? El método está compuesto por cinco etapas. No obstante, no se trata de un funcionamiento lineal, sino iterativo, es decir, podemos desarrollarlo saltando de fases y volviendo de una a otra, siempre y cuando llevemos a cabo todos los pasos. ¿Cuáles son estas etapas?

  • Empatizar. El proceso de design thinking en la empresa es antropocéntrico, es decir, parte de la premisa de que, para conseguir soluciones innovadoras, hay que saber primero qué es lo que quiere y necesita el usuario y cuál es su entorno. Cuanta más información recopilemos y más comprendamos el contexto, a través de entrevistas, focus group, shadowing o benchmark, más probabilidades tendremos de tener éxito.
  • Definir. Tras la fase de investigación, llega el momento de cribar todos estos datos y encontrar los ‘insights’, es decir, los hechos que realmente aporten valor y nos permitan llegar a perspectivas creativas sobre cómo resolver un problema. Nos resultarán de gran utilidad herramientas de contenido visual y plástico, como los mapas mentales o el diagrama de Ishikawa.
  • Idear. Una vez que hemos centrado el foco en algún dato en concreto, el proceso de design thinking en la empresa continúa con la aportación de variables para solucionar el problema mediante un pensamiento expansivo. No debemos limitar las opciones o quedarnos con la primera propuesta; cuantas más, mejor. Para ello, podemos emplear técnicas de fomento de la innovación, como el brainstorming o el método Scamper.
  • Crear prototipos. El design thinking en la empresa entiende que cualquier idea debe ser validada antes de tomarse como correcta y, por ello, la metodología apuesta por el diseño de prototipos que permitan identificar los fallos y refinar la propuesta hasta optimizar al máximo la solución final.
  • Testar. Finalmente, estos prototipos deben ser puestos a prueba con los grupos de interés en cuestión, aplicando una profunda escucha activa. Solo así podemos identificar las carencias y aplicar las mejoras para que lo que el público necesita y lo que la empresa ofrece coincidan.

Siguiendo estos pasos y volviendo de unas a otras, según nuestras necesidades, podremos desembocar en soluciones que cumplan con los objetivos de la compañía y las demandas del cliente. No obstante, para profundizar en los procesos de generación de nuevas ideas, el Grupo P&A pone a disposición de las organizaciones el curso Desarrolla la innovación y la creatividad dentro de la empresa, con el que las compañías pueden impulsar su éxito en un entorno altamente competitivo y cambiante.

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