Amabilidad y responsabilidad en el trabajo

Una empresa emergente de gran éxito discutía el tema de los valores en su Comité de dirección. Apareció un valor de gran importancia para esta compañía: la amabilidad. En nuestra experiencia son raras las organizaciones que hablan de modo expreso de este valor.

Algunas empresas dicen: “Las personas son nuestro mayor activo” o “Las personas son más importantes que las ganancias”. Esta organización fue más allá y expresó de forma explícita el deseo de ser amable. En plena discusión, un directivo dijo: “Queremos ser amables, pero también responsables”.

El impacto de la bondad en la rendición de cuentas

Las investigaciones muestran que las personas, cuando reciben un acto de bondad, lo devuelven. Forma parte de la ley de la reciprocidad en las relaciones humanas. Pero, ¿la amabilidad se vincula alguna vez con las expectativas?. La Navidad es una época del año en que las personas buscan la forma de ser amables con los demás. Una organización descubrió que diciembre representa la mitad del total de las contribuciones caritativas de todo un año. Todos los mensajes, incluida la publicidad, van dirigidos a fomentar el espíritu generoso. Algunos pueden dudar en ser especialmente generosos, sobre todo si no confían en que su contribución llegará a las personas adecuadas. Las personas desean ser amables, pero, ¿ también quieren responsabilidad?.

El vínculo entre bondad y responsabilidad

Las cualidades de amabilidad y responsabilidad son importantes para todas las personas en cualquier situación vital, pero son especialmente críticas para las personas que son responsables del trabajo, o diferentes actividades, de otras personas, es decir, directivos.

La gran base de datos de Zenger Folkman con millones de evaluaciones de líderes mundiales, ayudó a revelar el impacto de ambas habilidades. Se analizaron las calificaciones de los colaboradores de 1.959 líderes. Se correlacionaron los ítems del cuestionario de El Nuevo Líder Extraordinario relativos a la amabilidad, con la responsabilidad. La correlación era la más baja, de forma que se podía decir que eran rasgos opuestos.

Básicamente, esto significa que los directivos que tienden a tener una calificación alta en responsabilidad, tienden a tener una calificación baja en amabilidad y, por otro lado, los líderes calificados como los más amables, tienden a tener una calificación más baja en responsabilidad. 

Pero esto no es cierto para todos los líderes, ni parea todas las personas. Continuamos el estudio con un análisis más profundo:

  • Se formaron 4 grupos según los líderes habían sido calificados en el cuartil superior y en el cuartil inferior, tanto en responsabilidad como en amabilidad.
  • Además de calificar la efectividad de su líder en cuanto a responsabilidad y amabilidad, cada colaborador indicó su nivel de satisfacción en la empresa y su disposición a hacer un esfuerzo adicional todos los días.

Los resultados del análisis se muestran en el siguiente gráfico. Los situados en el cuartil inferior en ambas dimensiones, son los que tenían puntuaciones más bajas, tanto en satisfacción como en esfuerzo discrecional. Curiosamente, el grupo de alta responsabilidad combinado con baja amabilidad, tenía una diferencia de 8 puntos percentuales en el esfuerzo discrecional sobre la satisfacción. Hacer que los colaboradores rindan cuentas (accountability) por los resultados, genera un gran aumento del esfuerzo discrecional, pero, aunque menos, también produjo un aumento en la satisfacción, si se compara con el grupo bajo/bajo.

La conclusión más contundente es que el grupo con las habilidades de responsabilidad y amabilidad en el cuartil superior, tiene las puntuaciones más altas en satisfacción y esfuerzo discrecional.

La poderosa combinación de amabilidad y responsabilidad

Esta investigación implica que los líderes más efectivos se caracterizarían por ser amables y responsables del rendimiento de sus colaboradores. La amabilidad tiene el poder de transformar el lugar de trabajo. Recibir elogios o muestras de gratitud o reconocimiento improvisadas, crea una cultura de generosidad en la organización. Pero lo más poderoso es cuando la bondad no solo se da gratuitamente, sino que también se gana.

De alguna manera, los líderes amables con poca responsabilidad tratan bien a todos, independientemente de los resultados. Su amabilidad es un regalo. Su amabilidad/reconocimiento es un regalo, pero no es necesariamente ganada o merecida. Todos valoramos más las cosas ganadas con trabajo y esfuerzo que las que provienen de la suerte. Hacer que las personas sean responsables/rindan cuentas, les coloca en una posición de ganarse sus recompensas y el respeto de los demás. Da a los miembros del equipo la oportunidad de tomar la iniciativa o aprender una nueva habilidad. Por mucho que apreciemos un cumplido pasajero, el reconocimiento que obtenemos de una mayor responsabilidad tiene un sentimiento más dulce.

El salto de la amabilidad a la responsabilidad no está lejos. Considere cómo puede mejorar su amabilidad/reconocimiento, aumentando sus expectativas de responsabilidad. Ser amable y responsabilizar a los demás, crea la oportunidad para que las personas se sientan orgullosas de lo que hacen y obtengan el reconocimiento merecido que reciben.

Nota Grupo P&A.-  Un gran maestro español de la educación decía que “la educación debía ser firme, pero afable”.

 

 

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