Pensamiento divergente en la empresa: ¿qué es y cómo potenciarlo?

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“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”, dijo Albert Einstein. Esta es la base del pensamiento divergente y la razón de que algunos empresarios sean calificados como visionarios. Pero la clave de su éxito no radica en que posean un gen ‘mágico’, sino en que han sido capaces de ver nuevos enfoques hasta entonces inexistentes.

“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”, dijo Albert Einstein. Esta es la base del pensamiento divergente y la razón de que algunos empresarios sean calificados como visionarios. Pero la clave de su éxito no radica en que posean un gen ‘mágico’, sino en que han sido capaces de ver nuevos enfoques hasta entonces inexistentes. ¿Qué es el pensamiento divergente? El concepto de pensamiento divergente se lo debemos al psicólogo Joy Paul Guilford, para quien existían dos formas de realizar procesos mentales: uno racional o vertical, que sigue una secuencia preestablecida; y otro creativo o lateral, que combina diferentes perspectivas a un mismo problema y establece nuevas relaciones entre ideas. Su teoría fue desarrollada posteriormente por Edward de Bono, autor de The Use of Lateral Thinking, que describió lo que él llamo pensamiento lateral como un razonamiento libre, asociativo y multifocal. “El pensamiento lateral está íntimamente relacionado con los procesos mentales de la perspicacia, la creatividad y el ingenio”, asegura el autor. Como apunta Walter Riso, en El poder del pensamiento flexible, el pensamiento divergente “supone la capacidad de cambiar de perspectiva sin entrar en pánico y generar una buena cantidad de nociones e impresiones, siendo original y práctico a la hora de elegirlas y conectarlas”. Pensamiento divergente y convergente Para los expertos, el pensamiento divergente no es un sustituto del pensamiento convergente, sino que deben complementarse. Así, mientras la lógica nos ayuda a establecer acuerdos basados en la razón, el lateral nos invita a jugar con las ideas y crear nuevos esquemas. El problema radica en que, durante años, se ha potenciado el razonamiento lógico frente al creativo, limitando la capacidad de innovación de los profesionales. De hecho, según los datos de BSmart Foundation, el 98% de los niños de entre 3 y 5 años aplican el pensamiento divergente, un porcentaje que va disminuyendo conforme avanza la edad, hasta bajar hasta el 2% en adultos de 25 años en adelante. Sin embargo, en un entorno empresarial, la disrupción debe ser uno de los caballos de batalla si queremos situarnos a la cabeza del sector. Técnicas para potenciar el pensamiento divergente Del mismo modo que, desde pequeños, nos enseñan a emplear el razonamiento lógico, también es posible mejorar el pensamiento divergente. En el plano laboral, los líderes pueden potenciar esta capacidad creativa, tanto de forma individual como en dinámicas grupales para potenciar la creatividad, mediante el uso de diferentes técnicas: • Sinéctica. Propuesto por el psicólogo William J.J. Gordon, este método consiste en buscar vínculos entre objetos o ideas que, a priori, no guardan ninguna relación. Se trata, por ejemplo, de buscar usos alternativos a cualquier cosa o localizar un punto en común entre dos ideas. • Scamper. Desarrollada por Bob Eberle, esta técnica de pensamiento divergente representa un anagrama de las acciones que podemos aplicar para obtener un resultado innovador: Sustituir, Combinar, Adaptar, Magnificar, Proponer, Eliminar, Reordenar. • Tormenta de ideas. Una de las más populares estrategias para desarrollar el pensamiento divergente es el brainstorming, creado por Alex F. Osborn, que permite a un grupo generar ideas originales y diferentes sobre un problema concreto eliminando los filtros lógicos, formales o críticos durante su aportación. • Brainwriting. Esta técnica es muy similar a la anterior, con la particularidad de que se acota el número de propuestas de cada individuo y se limita el tiempo, llegando al final del ejercicio a un conjunto de ideas posibles. • Sleepwriting. Tener una libreta junto a la cama es una buena idea, pues los estudios han demostrado que, durante el sueño, el cerebro es capaz de imaginar soluciones innovadoras y originales. • Seis sombreros de pensar. Creado por el propio De Bono, este ejercicio es uno de los más utilizados. Consiste en afrontar un mismo problema desde seis enfoques distintos según el color del sombrero asignado: hechos prácticos y probados (blanco), emociones (rojo), posibles impedimentos y obstáculos (negro), beneficios y posibilidades (amarillo), soluciones alternativas (verde) e ideas organizativas y procedimentales (azul). Para explotar todo el potencial del pensamiento divergente, en el Grupo P&A ofrecemos el curso online ‘Desarrollar la innovación y la creatividad dentro de la empresa’, con el que aprender a generar y gestionar nuevas ideas en las organizaciones.

¿Qué es el pensamiento divergente?

El concepto de pensamiento divergente se lo debemos al psicólogo Joy Paul Guilford, quien desarrolló una batería de pruebas para medir la creatividad. Comprobó que existían dos formas de realizar los procesos mentales: uno racional o vertical, que sigue una secuencia preestablecida; y otro creativo o lateral, que combina diferentes perspectivas a un mismo problema y establece nuevas relaciones entre las ideas.
Su teoría fue desarrollada posteriormente por Edward de Bono, autor de The Use of Lateral Thinking,  en el que describió lo que  llamó pensamiento lateral, un razonamiento libre, asociativo y multifocal. “El pensamiento lateral está íntimamente relacionado con los procesos mentales de la perspicacia, la creatividad y el ingenio”, asegura el autor.
Como apunta Walter Riso, en El poder del pensamiento flexible, el pensamiento divergente “supone la capacidad de cambiar de perspectiva sin entrar en pánico y generar una buena cantidad de nociones e impresiones, siendo original y práctico a la hora de elegirlas y conectarlas”.

Pensamiento divergente y convergente

Para los expertos, el pensamiento divergente no es un sustituto del pensamiento convergente, sino que deben complementarse. Así, mientras la lógica nos ayuda a establecer acuerdos basados en la razón, el lateral nos invita a jugar con las ideas y crear nuevos esquemas.
Guía gratuita: Cómo formar líderes e impulsar el talento en las empresas
El problema radica en que, durante años, se ha potenciado el razonamiento lógico frente al creativo, limitando la capacidad de innovación de los profesionales. De hecho, según los datos de BSmart Foundation, el 98% de los niños de entre 3 y 5 años aplican el pensamiento divergente, un porcentaje que va disminuyendo conforme avanza la edad, hasta bajar hasta el 2% en adultos de 25 años en adelante.
Sin embargo, en un entorno empresarial, la disrupción debe ser uno de los caballos de batalla, si queremos ser innovadores y situarnos a la cabeza del sector.

Técnicas para potenciar el pensamiento divergente

Del mismo modo que, desde pequeños, nos enseñan a emplear el razonamiento lógico, también es posible mejorar el pensamiento divergente. En el plano laboral, los líderes pueden potenciar esta capacidad creativa, tanto de forma individual como en dinámicas grupales, mediante el uso de diferentes técnicas:

  • Sinéctica. Propuesto por el psicólogo William J.J. Gordon, este método consiste en buscar vínculos entre objetos o ideas que, a priori, no guardan ninguna relación. Se trata, por ejemplo, de buscar usos alternativos a cualquier cosa o localizar un punto en común entre dos ideas.
  • Scamper. Desarrollada por Bob Eberle, esta técnica de pensamiento divergente representa un anagrama de las acciones que podemos aplicar para obtener un resultado innovador: Sustituir, Combinar, Adaptar, Magnificar, Proponer, Eliminar, Reordenar.
  • Tormenta de ideas. Una de las más populares estrategias para desarrollar el pensamiento divergente es el brainstorming, creado por Alex F. Osborn, que permite a un grupo generar ideas originales y diferentes sobre un problema concreto eliminando los filtros lógicos, formales o críticos durante su aportación.
  • Brainwriting. Esta técnica es muy similar a la anterior, con la particularidad de que se acota el número de propuestas de cada individuo y se limita el tiempo, llegando al final del ejercicio a un conjunto de ideas posibles (su procedimiento clásico es el Metaplan).
  • Sleepwriting. Tener una libreta junto a la cama es una buena idea, pues los estudios han demostrado que, durante el sueño, el cerebro es capaz de imaginar soluciones innovadoras y originales. Así mismo el despertar es un momento óptimo
  • Seis sombreros de pensar. Creado por el propio De Bono, este ejercicio es uno de los más utilizados. Consiste en afrontar un mismo problema desde seis enfoques distintos según el color del sombrero asignado: hechos prácticos y probados (blanco), emociones (rojo), posibles impedimentos y obstáculos (negro), beneficios y posibilidades (amarillo), soluciones alternativas (verde) e ideas organizativas y procedimentales (azul).

Para explotar todo el potencial del pensamiento divergente, en el Grupo P&A ofrecemos el curso online ‘Desarrollar la innovación y la creatividad dentro de la empresa’, con el que aprender a generar y gestionar nuevas ideas en las organizaciones.

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